Perfil Sicológico de los Abogados Sociópatas y Psicópatas

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Osiris Disla Ynoa, PhD (C)

Al patrón de actitudes, pensamientos, sentimientos y recopilación conductual que caracteriza a una persona y que tiene una cierta persistencia y estabilidad en el tiempo o a lo largo de su vida, se le denomina perfil psicológico.

Casi siempre se ha estimado que algunos rasgos de la conducta humana son adquiridos o aprendidos por los hábitos diarios o el contexto social en que el ser humano se mantiene o contextualiza, pero desde ya se ha advertido que algunos tipos de profesiones pueden producir cambios repentinos en los humanos.

Así pues, la psicología jurídica moral, se ha empeñado en descubrir, él porque del comportamiento de un sector en específico, los abogados, que son profesionales liberales supuestos expertos en las ciencias jurídicas o política y este llamamiento a la atención, surgen por los cambios repentinos que muestran algunas personas cuando pasan de ser simples estudiantes para ejercer como abogados independientes.

Los perfiles psicológicos en materia jurídica pueden ser de efecto propios o colectivos, así que, lo importante seria determinar ¿Qué tanto afecta a los demás el perfil propio o colectivo de un abogado? Ya que comúnmente la mayoría de personas creen en la preparación emocional de los abogados y que por el solo hecho de ser abogados, ya deben estar seguros de su capacidad y comportamiento, dado que en la mente y realidad de ellos, ese profesional ha salido de una universidad, donde debió ser obvio, que vigilaran y tutelaran su comportamiento psicológico, sin embargo luego del tiempo se dan cuenta de que solo tuteló que aprobaran las asignaturas, pero no vigilaron su patrón de comportamiento, dando como resultado que en la actualidad un grupo de personas de un patrón de conducta dudosa y cuestionables, estén ejerciendo como abogados, causando problemas a gran escala, tanto para ellos como para sus representados y para la contraparte, así como en los lugares de trabajos donde se desenvuelven.

El perfil psicológico propio extraviado, permite ver a profesionales de las ciencias jurídicas, cometiendo hechos de violencia contra sí mismos o contra otros, acto de corrupción, difamaciones, falsificaciones sin límites, abuso de poder, confrontación y estafa contra sus propios representados, confabulaciones jurídicas en los tribunales, oferta y recibimiento de sobornos para conseguir el objeto que no conseguiría de ser buen profesional apegado a lo ético y una serie de infracciones y violaciones administrativas que no comete un ser humano normal, incluso que no sea abogado, tan solo por el temor a la Ley o el respeto a su investidura.

En el perfil psicológico extraviado colectivo, es muy común entre los estudiados que deben ser juristas respetados y sobrios, ver la compra y venta colectiva de voluntades, hasta por la renovación de un simple carné para no pagar el costo de su impresión, la compra y venta de votos, la frustración y fraude continuos en unas simples elecciones de su propio gremio, la traición personal, la falta de lealtad o la lealtad simulada o fingida, que en ese perfil es la más peligrosa de todas. En estos síntomas la compra y venta se puede hacer a través de dadivas educativas, como Diplomados gratis, talleres, maestrías u oferta de ayuda social, en fin, todo ese patrón de conducta para los participantes refleja una sociedad jurídica enferma y dañada que con urgencia debe ser rescatada para recobrar los valores de la sanidad psicológica.



El cambio temperamental repentino, la impuntualidad en el cumplimiento de las obligaciones, el espíritu de superioridad, la traición, el incumplimiento de la palabra empeñada, la disidencia permanente, la aceptación de emitir un voto por la renovación de un carne, la maledicencia, la avaricia propia solo para lo suyo y de su familia, abandonando el bien colectivo, la doble moral, o la no protección de la buena imagen, representa la típica conducta sociópata peligrosa y contagiosa, que por demás se asocia mas a seres humanos repudiables, pocos tratables, inseguros y no confiables.

La conducta violenta inclinada a la comisión de infracciones o la obtención de favores por el ejercicio del voto o para hacer o dejar de actuar en un sentido u otro, la no permanencia de la palabra empeñada y la inclinación a las amenazas, así como el reflejo de una personalidad no creíble en la conducta diaria, donde las personas estigmatizan su perfil, comentando sobre la personalidad no creíble en el tiempo, voluble, pero sobre todo fácilmente sobornable, refleja en sí misma una conducta patológica, propia de un antisocial inadaptable y de poco aprendizaje, en definitiva, el conocido psicópata de alto riesgo.

En el mundo interpretativo de las ciencias teológicas se habla de que el psicópata jurídico nace con trastornos genéticos de personalidad, ¨predisposición genética¨, lo que en materia espiritual se denomina como maldecido, sea por seres espirituales adversos surgidos del infierno o por su propia conducta extraviada del nacimiento, pero lo que no está en duda, es que un inmenso grupo de abogados circulan por los tribunales, en los gremios, en las instituciones públicas y hasta en los puestos de trabajos y desde el simpe análisis de su conducta, es claro, que se trata de inadaptados sociales, sociópatas o psicópatas, lo que excluye a un pequeño grupo que actúan normal, como debe actuar un profesional del derecho.