Un capitán del Ejército de EE.UU. demanda a Obama por la guerra contra el EI

0
80

Washington, 5 may (EFE).- Un capitán del Ejército de EE.UU. ha demandado al presidente del país, Barack Obama, por estar inmerso en una guerra contra el Estado Islámico (EI) en Irak y Siria sin la autorización del Congreso, informaron hoy medios estadounidense.

El capitán Nathan Michael Smith, desplegado como oficial de inteligencia en Kuwait, presentó la demanda el miércoles ante un tribunal del Distrito de Columbia, donde está la capital estadounidense.

Smith argumentó que la misión contra los yihadistas, que está viendo una mayor implicación estadounidense, no tiene la autorización requerida.

«Para hacer honor a mi juramento (de hacer cumplir la Constitución) solicito a los tribunales que pidan al presidente obtener la autorización del Congreso, bajo la Resolución de Poderes de Guerra, para lanzar la guerra contra el EI en Irak y Siria», explica el texto de la demanda.

La guerra contra el EI de Estados Unidos se está desarrollando desde el aire, pero también sobre el terreno en Irak con el despliegue de asesores militares, que en muchos casos trabajan en las primeras líneas de combate.

Esta semana se produjo la muerte del tercer militar estadounidense en la guerra contra el EI en Irak.

Entretanto, EE.UU. sigue expandiendo la presencia de miembros de las Operaciones Especiales en Irak y Siria, país donde Washington intenta crear fuerzas moderadas que desplacen a los yihadistas.

El Gobierno de Obama está utilizando el poder que el Legislativo dio al Ejecutivo para luchar contra los responsables de los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra EE.UU., pero los críticos consideran que la Casa Blanca se está extralimitando.

Obama ha pedido un marco legal para tener autorización en la guerra contra el EI, pero el Congreso se ha negado, si bien ha destinado fondos presupuestarios para esas operaciones.

El mandatario demócrata decidió enmarcar la guerra contra el yihadismo como una continuación de la ofensiva contra el terrorismo iniciada por el presidente George W. Bush por la incertidumbre que supone un Congreso controlado en ambas cámaras por los republicanos desde 2014.

Si Obama se hubiera inclinado por un marco diferente, se habría visto ante la tesitura de tener que pedir la autorización del Congreso tras 60 días de hostilidades.