Finjus se queja de la debilidad institucional

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Santo Domingo. “Vivimos una crisis aguda de la institucionalidad dominicana, que se expresa en vacíos, confusiones, distorsiones y un constante divorcio entre el discurso y la práctica de las instituciones y las autoridades con relación a cómo encarar nuestro futuro y determinar las prioridades del país”, afirmó el vicepresidente ejecutivo de la Fundación Institucionalidad y Justicia  (Finjus), Servio Tulio Castaños.

Al participar en la cuadragésima cuarta Conferencia de Otoño “Dr. Elizardo Pérez Espinosa”, realizada por la Asociación Internacional de Club de Leones, el pasado 25 de octubre, en el Auditorio Juan Bosch de la Biblioteca Nacional. El vicepresidente ejecutivo de la Finjus manifestó preocupación por la intolerancia que reina en la discusión de los temas sociales, económicos y políticos; la falta de voluntad para escuchar las posiciones diferentes y la descalificación de los contrarios.

“Nos preocupa, asimismo, que muchos líderes y dirigentes sociales no estén sintonizadas con las necesidades de las mayorías del país. Han crecido las relaciones  asimétricas entre los actores y las personas, es decir, relaciones basadas en desigualdades sociales, fruto del poder económico, político, o social, lo que incluye la corrupción y otros delitos similares”, dijo. Inquieta que los propios mecanismos institucionales creados por las leyes sean ignorados por algunas autoridades, apuntó.

Entre otros temas dijo:  ”nos inquieta el hecho de que el sistema de justicia no ha podido vencer el círculo vicioso de la impunidad”, al señalar que en 25 años se han presentado más de 225 casos de corrupción en el Estado, con escándalos nacionales e internacionales y, sin embargo, menos de cinco expedientes han tenido condena en los tribunales. Tambén dijo que muchos de los indicadores sociales y económicos seguirán siendo bajos por el pobre desempeño en la educación.

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ESTADÍSTICAS NEGATIVAS:
Estadísticas:
ïSomos el sexto país del mundo donde más fondos públicos se desvían hacia áreas ilegales, tanto para causas personales como para fines de mantener el sistema político vigente, basado en el clientelismo, el populismo y el tráfico de influencias.

ïSomos el tercer país del mundo donde los gobiernos (sin importar el partido que ocupe el Poder Ejecutivo) toma la mayoría de sus decisiones basadas en el favoritismo (tenemos una puntuación de 1.9 de un total de 7 puntos).

ïEstamos entre los diez últimos países del mundo con mayor dispendio y desperdicio de gasto público.

ïEn cuanto a la prestación de servicios públicos: el exceso de burocracia y papeleo, la lentitud en los servicios y pobre proactividad en el Estado, dañan la competitividad y la atracción de inversiones.