MADRID. Un juicio de casi seis meses por fraude y malversación que implica a la infanta Cristina de España, su esposo y otros 15 acusados finalizó el miércoles su fase de testimonios cuando los jueces se retiraron a estudiar el veredicto.
Defensores y acusados pronunciaron sus alegatos finales antes de que se levantara la sesión. Los veredictos podrían demorar meses.
La infanta y su esposo, Iñaki Urdangarín, optaron por no pronunciar alegatos.
El juicio está enfocado en acusaciones de que Urdangarín utilizó su título de duque de Palma —del que después fue despojado— para malversar unos 6 millones de euros (6,6 millones de dólares) de fondos públicos en beneficio del Instituto Nóos, una organización sin fines de lucro que organizaba conferencias deportivas y que él administraba con un socio. Una de las empresas empleadas era la consultora inmobiliaria Aizoon, propiedad conjunta de Cristina y Urdangarín.
Un grupo anticorrupción pidió una pena de prisión de ocho años para Cristina, pero el procurador de estado propuso una multa.
Cristina, hermana del rey Felipe VI, está acusada de dos cargos de fraude fiscal que conllevan cada uno una pena máxima de cuatro años. Es la primera miembro de la realeza que enfrenta una acusación penal desde la restauración de la monarquía en 1975.
Urdangarín enfrenta una posible pena de 20 años de prisión por fraude y malversación.
Los dos se declararon inocentes.
Durante el juicio, Cristina, de 51 años, declaró que su esposo manejaba los asuntos financieros del matrimonio.
El dinero iba de Nóos a Aizoon, que según declararon ambos fue creada para recibir los ingresos de Urdangarín. El panel de tres jueces determinará si la pareja cometió abuso penal con Aizoon, descrita en documentos de la corte como una fachada posiblemente utilizada para financiar vacaciones lujosas y fiestas en la mansión de la pareja, además de otros gastos.
El caso fue oído en Palma de Mallorca, capital de las islas Baleares, porque muchas de las transacciones de Urdangarín investigadas fueron para las islas.
