La Procuraduría General de la República Dominicana, juntamente con la Fiscalías de Santo Domingo y el Distrito Nacional, han empezado un plan de Fiscalías Barriales, ubicadas en lugares estratégicos; sin embargo ese plan fracasó en su gran mayoría, pues esas fiscalas barriales son un desastre total, por la fala de gerencia de los fiscales que la presiden o laboran allí. En la República Dominicana todo el mundo sabe que la justicia fracasó, se murió, se jodió, ahora vivimos en un sistema de denegación de justicia, con algunas excepciones como siempre, de personas que son verdaderamente justos y serios.
Allá en la Procuraduría General saben muy bien cuales fiscalías andan bien y cuales andan mal, un ejemplo de ello, de las fiscalías que andan mal, están la de la provincia Peravia, pues ahí no se hace justicia a nadie, la de Gapre, porque eso es un gallinero y no una fiscalía, la de Santo Domingo Oeste, pues ahí, ver a un Presidente es más fácil que ver a un fiscal, pues están muy encumbrados, y ni hablar de la fiscalía de la Altagracia, eso ahí esta peligroso. La burocracia de la Fiscalías del Distrito Nacional y de la Provincia de Santo Domingo, las descalifican para decir que son sanas, pues los fiscales ahí, son dueños y señores, gentes inaccesibles, es decir, sólo algunos fiscales son humildes y sanos. La fiscalía de la Romana no es muy buena en las funciones.
Las fiscalías que andan bien o hacen su trabajo, algunas muy bueno, son, San José de Ocoa, Hermanas Mirabal, la barrial del Ensanche Quisqueya, la barrial de Cristo Rey, la Vega, San Francisco de Macorís, San Pedro y algunos fiscales de San Cristóbal.
Respuestaprocesal.com.do, entiende que no se debe asignar como coordinador de una fiscalía a una persona que no tenga capacidad administrativa, y que en las fiscalías donde las cosas andan mal hay que hacer cambio urgente, además ese sistema de atención general no es muy bueno y ellos lo saben, porque se está perdiendo la asistencia personal y de calidad. Deben educar a los fiscales para hacerle saber que no son dioses, sino abogados de ejercicio que fueron elegidos para rendir esa función, así que resulta inadmisible la arrogancia, vanagloria y congestionamiento de los procesos, sólo por falta de visión y capacidad.