Cuando descargan los imputados es culpa de los fiscales y cuando los condenan es gracias a los jueces

2
1076

En este país hemos descubierto una fórmula mágica para explicar la justicia penal: “la Policía apresa, los fiscales sueltan y los jueces condenan”. Una verdad de colmado, repetida tantas veces que ya parece dogma.

Cuando un juez varía una medida de coerción o deja en libertad a un imputado, la culpa automática recae sobre el fiscal. El juez pasa como un espectador inocente, y el fiscal se convierte en una especie de “llave maestra” que abre los centros penitenciarios a su antojo. El razonamiento es tan absurdo que uno casi se convence de que los fiscales guardan en sus escritorios el manojo de llaves de las cárceles. 

Lo contrario también es cierto: cuando un tribunal dicta una condena, desaparece todo rastro del fiscal y de la investigación policial. Nadie recuerda las audiencias, las pruebas, las diligencias, las largas jornadas de litigio. La frase de rigor es: “gracias a los jueces se hizo justicia”. Los fiscales, otra vez, borrados del guion.

El problema de fondo es simple: ignorancia, ego y mezquindad. Ignorancia, porque en un sistema acusatorio el juez no decide en el vacío, sino en base a lo que el fiscal presenta. Ego, porque resulta más cómodo endiosar a unos y satanizar a otros que entender cómo funciona realmente la maquinaria judicial. Y mezquindad, porque reconocer méritos ajenos es una tarea imposible para quienes prefieren alimentar prejuicios antes que aceptar realidades.

Pero aquí la ironía duele más: en este sistema, si el fiscal no acusa, el juez no condena; si el fiscal no presenta pruebas, el juez no puede inventarlas. Sin embargo, seguimos atrapados en un teatro de percepciones en el que los fiscales siempre son los villanos y los jueces los héroes absolutos.

El cierre es inevitable: mientras sigamos repitiendo como loros que “los fiscales sueltan y los jueces condenan”, seguiremos cultivando una sociedad que prefiere clichés a verdades, percepciones a realidades y chismes de esquina a justicia verdadera.

Al final, no es que “los fiscales sueltan” o que “los jueces condenan”. Es que la ignorancia nos condena a todos.

2 COMENTARIOS

  1. Tremendo razonamiento, ahora me gustaría escuchar la otra parte, que a mi juicio se defendería con justificar justo lo mismo que usted dice. De mi parte diría que no solo existe un dejo de ignorancia, más haya que eso donde dejamos el tema corrupción a la hora de enjuiciar.

Responder a Benzant Cancelar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here