La jueza del Tribunal de Juicio No. 28 de Caracas, Susana Barreiros, declaró culpable de los cuatro delitos por los cuales el Ministerio Público acusó, al dirigente opositor Leopoldo López. Entre ellos violación al artículo 218 del Código Penal, sobre Asociación de Malhechores. Le condenó a cumplir 13 años, 9 meses y 7 días de cárcel, por ser supuesto autor de los disturbios ocurridos en la capital el 12 de febrero del 2014, luego de una marcha opositora.
Leopoldo López, ex -alcalde de Chacao, cumplirá su condena en la cárcel militar de Ramo Verde (Los Teques), donde permanece recluido desde el día 18 de febrero de 2014, cuando por la persecución en su contra se entregó en manos de los verdugos.
El periódico universal de caracas haces referencia a que la jueza inicio su lectura, dos horas después de lo previsto, pasada las nueve de la noche, y en su veredicto también declaró culpables a los jóvenes estudiantes Cristian Holdack, Ángel González y Damián Martín, a quienes condenó a cumplir 10 años de cárcel, pero con libertad condicional.
La reacción de la esposa del opositor Lilian tintori, no se hizo esperar, quien expresó sentirse muy indignada por la sentencia de condena a Leopoldo López, rechazó que esté preso y que haya sido condenado, porque «todo el mundo reconoce que él es inocente y sólo es un preso político».
Venezuela es un país hermoso y bueno, pero algunos sectores de la justicia de allí están podridos, al igual que aquí, llenos de desaciertos, pues de los delitos imputados impusieron la pena más alta al político preso. Eso es un acto de barbaridad insoportable, cuestionable y rechazable y desde la República Dominicana, también se debe cuestionar.
Una justicia política no sirve, mucho menos aquella sujeta y subordinada al poder avasallador que fuera de toda lógica de derecho y razón, humilla con el abuso de poder contra los particulares, provocando el desconsuelo y consternación en todos aquellos que son víctimas de esa desgracia.
Respuestaprocesal.com.do, lamenta la condena política, y más aun, el comportamiento temerario en la aplicación de la condena, así como la manifestación de control en la justicia, por parte del poder político pasajero, le recuerda a las víctimas de ese régimen político, las palabras del himno nacional de la siempre gloriosa República Bolivariana De Venezuela.
¡Abajo cadenas! gritaba el señor, y el pobre en su choza
libertad pidió. A este santo nombre tembló de pavor el vil egoísmo
que otra vez triunfó. !
