Como si se soltaran los caballos apocalípticos, una nube negra de acusaciones, cayó sobre la tierra dominicana, como si se abriera uno de los sellos que produjo grandes calamidades, el Ministerio Público Dominicano, fue quien sacó a la luz, la horrible situación que vive la justicia de la República, pero luego, por iniciativa de imputados y otros ciudadanos, inició la calamidad para el ministerio público, las primeras acusaciones fueron realizadas por la autoridad del Estado, consistentes en venta de fallos, venta de condena, y a cargo de los jueces del Poder Judicial, la segunda acusaciones, salieron del grupo de los diputados y luego de la boca de un imputado, quien acuso directamente a un fiscal, en plena audiencia, de haber negociado con él por la suma de Doscientos Cincuenta Mil Dólares (US$250,000.00), para ponerle abogado y luego liberarlo, pero el imputado nunca veía su liberación y mucho menos su representación legal.
Parece que en el grupo del Ministerio Público, los que cometen corrupción, se cotizan más que del grupo de los jueces, pues allí cobran en dólar y por suma millonarias, mientras que, los jueces cobran en pesos y por suma que no llegan a millones.
En el mundo cristiano, es muy común la expresión, “Dios tenga misericordia de la nación”, sería importante que dicha expresión se constituya en el padre nuestro de cada día, porque por aquí, en este pedazo de tierra latino americana, “el horno no está para galletica”, porque cualquiera que se equivoque y meta la mano en el horno, se les queman hasta las uñas de los pie y muere calcinado.
Como dice en apocalipsis, libro de la biblia, otro sello se abrió y ahora viene una nueva calamidad, y un ángel vocifera, “ay de los moradores de la República Dominicana”, a consecuencia del toque de las demás trompetas, y después de esto, como dice Juan, el escritor de apocalipsis, sale la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, diciendo que todavía no ha pasado nada, que lo grande va a pasar, cuando revisen la jurisdicción inmobiliaria, contenciosa administrativa, laboral, civil y cualquier otra, y cerrado ese sello, se abre otro, y salen el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Mariano Germán Mejía, el Presidente Danilo Medina, el juez Frank Soto y Francisco Ortega Polanco, el primero grita, “prueba, a Yeni que traiga prueba, o por favor al procurador que le diga que la traiga”, mientras que el presidente Danilo Medina, dice: “respetare el poder judicial, pero como ciudadano digo que eso tiene que arreglarse”, seguido de Frank Soto y Francisco Ortega Polanco, que con voz de trompetas, vociferan, “el poder judicial no está en crisis, por aquí todo anda bien, los jueces están trabajando tranquilo, no hay problema”.
Se abre otro sello, claro de los apocalíptico y aparecen los tribunales llenos de inspectores, fiscales sometidos y suspendidos, diputados que analizan más de doscientos expediente de corrupción de fiscales, y una jueza que acusa al presidente de la Suprema Corte de mandarla donde un siquiatra, para luego suspenderla, porque no la favoreció con una decisión y esta no se cansa de pronunciar, “amparo, quiero un amparo”.
RepuestaProcesal.com.do, entiende que las cosas no andan por buen camino, que la mejor forma no es negar que el poder judicial no está en crisis, o decir, como dijo el presidente del tribunal constitucional, “disque, que esperen la sentencia final, para que la gente hable de la anulación del código que entraría en vigencia, cuando estos mismo dieron el fallo, por imprudencia, sin dar anteriormente la sentencia.
En definitiva, aquí todo está en crisis, en lo relativo a justicia, se está cumpliendo lo establecido en apocalipsis, con la apertura de los sellos y el toque de la trompeta, y sólo queda por decir, “el primer ay, ya pasó, ay de los moradores de la república dominicana a consecuencia de los demás ayees que está por venir y que serán tocados en el poder judicial y en la procuraduría general de la república.