PARÍS. El primer ministro francés, Manuel Valls, negó que el Ejecutivo estuviera al corriente de que el expresidente y jefe de la oposición, Nicolas Sarkozy, era objeto de una vigilancia judicial por geolocalización de su teléfono.
Señaló ante la Asamblea Nacional que el Ministerio de Justicia desconocía que una jueza de instrucción de Marsella había ordenado geolocalizar el teléfono móvil de Sarkozy dentro de la investigación por el llamado caso de “Air Cocaína”.
“Las acciones decididas por la jueza de instrucción de Marsella relativas al señor Nicolas Sarkozy no fueron en ningún caso puestas en conocimiento del Ministerio de Justicia por la fiscalía general de Aix-en-Provence”, señaló Valls.
En una entrevista publicada en el diario “Le Parisien”, Sarkozy se preguntaba: “¿Cree usted que se geolocaliza al jefe de la oposición sin que la ministra de Justicia sea informada? ¿Y si ella no estaba informada, acaso no habla con el Presidente de la República?”.
En el caso de “Air Cocaína”, cuatro franceses fueron detenidos en la República Dominicana cuando iban a sacar del país un jet lleno de maletas de cocaína. De los cuatro franceses apresados, dos huyeron la semana pasada del país en una rocambolesca huida.
Se da la circunstancia de que Sarkozy había utilizado en 2013 varias veces ese mismo aparato en vuelos privados para impartir conferencias, cuando no tenía ningún cargo orgánico en su partido, Los Republicanos.
Por ello, la jueza ordenó que se geolocalizase a Sarkozy y se analizasen sus facturas de móvil, aunque finalmente la justicia descartó cualquier vinculación del ex presidente con el caso.
“¿Qué se imaginaban? ¿Qué estaba en Punta Cana sobre 700 kilos de cocaína? Todo esto sería risible si no se tratara de la violación de principios del derecho para todos los franceses”, señaló Sarkozy en la misma entrevista.
Las declaraciones ante la justicia francesa de los dos pilotos alimentará el legajo ya grande de esta causa por tráfico de droga, abierta a principios de 2013 en Marsella, a raíz de informaciones sobre el “comportamiento sospechoso” de pasajeros de un Falcon 50 que aterrizó un mes antes en Saint-Tropez.
Bruno Odos, uno de los dos pilotos franceses fugado de República Dominicana para eludir una condena por narcotráfico, compareció el martes en Marsella ante la jueza francesa a cargo de la investigación sobre un vasto tráfico de droga, denominado en Francia “Air Cocaína”. Condenado, como su colega Pascal Fauret, a 20 años de prisión en la República Dominica, de donde huyó antes de su proceso en apelación, Odos, de 56 años de edad, se encuentra de nuevo frente a un juez, esta vez francés, tras nueve días de libertad y una noche de detención en Francia.