Las fuerzas pacificadoras de la ONU arribaron al país en 2004, en medio de disturbios sociales contra el entonces presidente Jean Bertrand Aristide, sin embargo el balance de su estadía estuvo marcado por la introducción del cólera, acusaciones de violaciones, hijos abandonados, represión y uso excesivo de la fuerza.
El coloquio que culminó este martes en Puerto Príncipe, realizó un balance de las consecuencias en la sociedad haitiana de los llamados Cascos Azules.
‘La Minustah (Misión de la ONU para la Estabilidad) resultó un elemento para agravar la crisis sistémica, la crisis estructural de la sociedad haitiana’, dijo a Prensa Latina, Camille Chalmers, director ejecutivo de la Plataforma Haitiana para el Desarrollo Alternativo.
Indicó que cuando estas fuerzas abandonaron el país lo hicieron sin reconocer que debían invertir para ayudar a reconstruir lo destruido, aseguró.
El evento que sumó a unos 200 participantes, entre ellos 25 invitados internacionales, también repasó la situación que vive el continente americano, con la lucha abierta de varios pueblos contra las prácticas neoliberales y gobiernos de extrema derecha.
La jornada de este martes, finalizó con un conversatorio de la organización Solidaridad de las Mujeres Haitianas, junto a las experiencias de otros movimientos como las Madres de Plaza de Mayo, en Argentina.
Asimismo, analizaron los procesos de solidaridad con Haití, desarrollados en las últimas décadas por diversas organizaciones, movimientos sociales y comités solidarios.