Santo Domingo. El director general de Prisiones, Tomás Holguín La Paz, dijo que mantener el sistema penitenciario es costoso, ya que requiere de todo un montaje de programas para atenciones de salud, de formación y educación de gente que delinquen porque no se educó y no tiene un comportamiento adecuado.
Reveló que mantener un recluso le cuesta al Estado 73.37 pesos por día, por lo que se destina RD$1,813,633 en atención a los 24,719 reos en los 40 recintos existentes.
“Trabajar con una persona con deformaciones desde la niñez resulta muy costoso, muy costoso”, expresó.
Enfatizó que trabajar con los internos no se circunscribe solo a los que están encarcelados, porque hay una población en libertad condicional que tiene que ser asistida.
“Pero siendo honestos y realistas, si tenemos limitaciones para trabajar con los que están encerrados, con los que están afuera es mucho más costoso”, indicó.
Resaltó que la idea es regenerar a los que violan la ley, porque si no lo hacen están condenados al fracaso.
El director de Prisiones fue entrevistado durante el Desayuno de LISTÍN DIARIO, encabezado por su director, Miguel Franjul, y el subdirector, Fabio Cabral. Holguín La Paz estuvo acompañado de María Pelegrín, directora de Estadísticas; Annelice Roa, encargada del Departamento Médico; Santos Lora, director del Departamento Legal; Nicolás Fortunato, director de Tratamiento, y Luisa Matos, encargada de Comunicaciones.
Holguín La Paz afirmó que han logrado mantener el sistema tranquilo, que le permita al Estado avanzar con la modernización y manejar la situación con pocos recursos económicos.
Afirmó que cuentan con un sistema penitenciario equilibrado, sin ruidos, ni escándalos y sin los motines que eran comunes en otros tiempos.
Aunque reconoce que hay conflictos, dice que ya no ocurren por la mala comida, falta de agua y energía, o por maltratos a los presos.
“Eso lo hemos evitado con una gestión donde no hay diríamos una comida de primera clase o un servicio de salud excelente, pero tampoco deja espacio para que se quejen constantemente”, manifestó.
Dijo que están en un proceso de cambio de un sistema anacrónico.
Informó que solo disponen de un presupuesto de 800 millones de pesos, tanto para el sistema tradicional como para el nuevo modelo.
“Tenemos demasiada demanda y pocos recursos”, comentó.
Sostuvo que sirve de ayuda que de los 17,000 presos registrados en el sistema tradicional solo come el 35 por ciento, debido a que a muchos les llevan comida sus parientes y a otros se les permite preparar los alimentos en el recinto.
Precisó que el dinero por las raciones que no consumen los reos lo destinan a otras áreas, como salud y educación.
“Eso nos permite ser eficientes con esa cantidad limitada de recursos”, subrayó.
Sostuvo que de comer todos en el penal sería imposible mantenerlos con los recursos que reciben.
Explicó que antes la comida era servida por los Comedores Económicos y que al confrontar problemas decidieron montar cocinas industriales para preparar los alimentos allá. Expresó que contrataron suplidores privados por regiones.
El menú que se sirve en las cárceles consiste en víveres, pan, arroz, habichuela, pollo, cerdo, espaguetis, arenque y sardinas. Indicó que el preso se siente feliz cuando le dan arroz con habichuela.