Santo Domingo. Rafael Correa anunció este martes de forma oficial su candidatura a la Vicepresidencia de Ecuador en las elecciones de 2021, en las que estará junto al joven Andrés Arauz, una cara poco conocida que aspira a ser presidente y con quien el exmandatario busca retornar a la primera línea de la política y al país, donde es requerido por la Justicia.
Con una preparada puesta en escena, el tándem presidencial se presentó en una reunión virtual con la participación del exmandatario desde Bélgica, donde reside tras dejar el poder en 2017. Arauz, por su parte, que suele residir en México, estuvo acompañado de seis miembros de la coalición que impulsa la candidatura, «Unión por la Esperanza» (UNES), donde se contaban dos mujeres, una de ellas afrodescendiente, mientras que entre los hombres había un dirigente indígena.
«Mi ambición nunca ha sido un puesto, una candidatura, ni siquiera ganar una elección. Mi proyecto vital (ha sido) mi patria, verla fuera del subdesarrollo, con prosperidad, justicia, alegría, por eso me preparé, luché toda mi vida», aseguró Correa. Sin mencionar directamente al actual mandatario, Lenín Moreno, otrora aliado político y hoy uno de sus principales detractores, aseguró que a sus enemigos «no les importó destruir nuestra tierra sagrada» y justificó con esas palabras su vuelta al ruedo político. «Acepto con alegría esta nueva responsabilidad, que no la he buscado, ni siquiera la he deseado (e) implica un gran esfuerzo», argumentó.
Correa también cargó contra el actual Ejecutivo al que acusó de haber provocado «víctimas innecesarias del coronavirus», así como otras «de un Gobierno con negligencia criminal», entre las que citó a desempleados y jóvenes estudiantes.
El exdirigente presentó asimismo a su pareja política, un joven candidato de 35 años, experto en economía pública, que se desempeñó brevemente como titular de Cultura al término del último Gobierno de Correa y cursa un doctorado en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Caso judicial
La candidatura política de Correa era esperada hacía tiempo por sus partidarios más inmediatos, que trataban de encontrar al candidato ideal para completar el binomio.
También estaba pendiente de la evolución del caso «Sobornos 2012-2016», en el que Rafael Correa fue declarado culpable de cohecho, y condenado a ocho años de prisión, en primera y segunda instancia. El caso judicial versa sobre una presunta red de corrupción mediante la cual se recibieron aportes indebidos en el palacio presidencial para la financiación irregular del movimiento oficialista Alianza País.