NUEVA YORK. Un presunto testigo de la policía y los fiscales no pudo confirmar la identidad del dominicano Oscar Morel como el asesino de dos líderes musulmanes en Queens la semana pasada, mientras el acusado estaba en una fila de formación.
La información la confirmaron el fiscal adjunto Peter J. McCormack a cargo del caso y el nuevo abogado del dominicano, Michael Schwed, quienes dijeron que ciertamente el testigo no logró identificar con exactitud a Morel, como el matador de los clérigos islámicos Maulama Akonjee y su asistente Thara Auddin, quienes fueron ejecutados por la espaldas y con sendos tiros en las cabezas.
Morel se ha declarado “no culpable” cuando fue presentado el jueves de la semana pasada ante la jueza Gia Morris, mientras la madre, un hermano y otros familiares del dominicano, denunciaron a medios locales que todavía no han podido ver ni hablar con él en la cárcel.
La policía y la fiscalía de Queens dicen que tienen un video de seguridad que se puede ver a un hombre, como arrastrándose despacio, para posicionarse y luego disparar por la espalda y a las cabezas de ambos líderes islámicos.
Los investigadores también alegan que el examen de balística a un revólver encontrado en el allanamiento y arresto de Morel, escondido en su habitación del sótano, dio positivo y que otras evidencias lo conectan y lo ubican en la escena de los homicidios.
También se está convocando un Gran Jurado que determinará si hay pruebas suficientes para encausarlo.
Morel quedó preso sin derecho a fianza.
“Sólo quiero decir que me gustan todas las religiones y no odio a ningún musulmán”, recalcó Morel, hablando con los reporteros a través de un vidrio en la prisión.
Saiee Uddin, hermano de uno de los muertos, dijo colérico que ellos exigen una respuesta de Morel para que diga por qué mató a los dos líderes islámicos.
“Tenemos evidencias muy convincentes, como el arma, el video y otras. Es evidente que fue él”, respondió el oficial Boyce, ante la negativa de Morel.
El dominicano, que en su huida atropelló a un diseñador de dibujos de telas que iba en una bicicleta, fue delatado por el testigo, que logró tomar el número de la placa y delatarlo a la policía.
“Nunca olvidaré su mirada, sus ojos estaban brotados y él como un loco. Maldecía y decía maldiciones”, relató el diseñador.
