MADRID. El Parlamento español inició hoy la nueva legislatura sin despejar las dudas acerca de la gobernabilidad del país, puesto que los diferentes partidos siguen reticentes a dar apoyos expresos a otros, aunque todos hacen gala de querer dialogar.
La décimo primera legislatura desde la recuperación de la democracia, a finales de los años 70, se abrió hoy con la elección de las Mesas del Congreso de los Diputados y del Senado, que son los órganos encargados de dirigir ambas cámaras y de aceptar o rechazar iniciativas para su tramitación.
El socialista Francisco Javier “Patxi” López, que fue jefe del Ejecutivo regional del País Vasco entre 2009 y 2012, pasa a ser presidente del Congreso gracias al respaldo de los liberales de Ciudadanos y a la abstención del gobernante PP (centroderecha).
Las elecciones legislativas del pasado 20 de diciembre dieron lugar a un Congreso con cuatro grupos políticos principales: PP (123 escaños), socialistas (PSOE, 90), Podemos (izquierda, 69) y Ciudadanos (40), ninguno con mayoría.
La elección de López como presidente de la Cámara baja ha sido fruto de acuerdos entre socialistas y Ciudadanos con la decisión del PP de aceptarlo, a pesar de que tradicionalmente el Congreso ha sido presidido por un diputado del partido mayoritario.
Sin embargo, unos y otros consideran que ese clima no es trasladable a los contactos para garantizar la gobernabilidad de España.
En los próximos días el rey Felipe VI llevará a cabo una ronda de contactos con los líderes parlamentarios para proponer un candidato a la Jefatura del Gobierno que deberá someterse a un debate de investidura, previsiblemente a finales de enero o principios de febrero.
Lo más probable es que el candidato sea el actual presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, como líder del partido más votado, pero todo apunta a que no será reelegido.
Con el rechazo expreso del izquierdista Podemos, Rajoy podría contar con Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, subrayó hoy su disposición a apoyar un gobierno en minoría con apoyos de su partido desde la oposición.
La idea satisface a Rajoy, quien hoy ratificó a la prensa que desea explorar un acuerdo con el PSOE y Ciudadanos para formar un Ejecutivo con un amplio apoyo parlamentario en una legislatura que defiende debe durar cuatro años.
Sin embargo, los socialista niegan de plano apoyar la investidura de Rajoy, con la aspiración de ser él quien intente formar gobierno.
Hoy mismo hizo un guiño a Podemos al asegurar que sus votantes “no perdonarían” que esta formación impida un gobierno progresista liderado por los socialistas para desbancar a Mariano Rajoy.
“El PSOE va a intentar liderar ese gobierno. Los votantes de Podemos no perdonarían (a Podemos) no primar una agenda social que es lo que ahora necesitan los españoles”, advirtió Sánchez, que tendría que contar con votos adicionales de pequeñas fuerzas de izquierda y nacionalistas.
Esa opción tampoco es fácil que salga adelante porque contaría con la negativa clara de PP y Ciudadanos, como ya han expresado Rajoy y Rivera.
Esta fragmentación del Congreso ha generado una situación inédita en las tres últimas décadas y media de democracia española y, en caso de que los partidos no logren superarla mediante alianzas, daría lugar a nuevas elecciones en primavera.
Mientras tanto, en el Senado, el PP cuenta con mayoría absoluta, lo que llevó a su parlamentario Pío García Escudero a repetir como presidente de esa Cámara, cuya misión es dar protagonismo a las regiones y revisar los proyectos de ley procedentes del Congreso. EFE/Jesús García Becerril