NUEVA YORK. El presidente de EE.UU., Barack Obama, pensó primero en la opción de bombardear directamente el complejo en el que se escondía Osama Bin Laden en Pakistán cuando planeó con su equipo la operación de los Navy SEAL para acabar con el líder de Al Qaeda el 1 de mayo 2011, según publicó hoy The New York Times.
El diario ha revelado las deliberaciones sobre asuntos legales que tuvieron lugar por el grupo de letrados que asesoró al Gobierno para llevar a cabo la operación, un plan que planteaba grandes interrogantes de compatibilidad con la legislación internacional.
Fue ese grupo de abogados el que desaconsejó a Obama bombardear el complejo de Bin Laden, una acción que podría haber traído consigo grandes daños colaterales, dado que docenas de civiles vivían en las casas contiguas.
Y es que el ataque debía ser de magnitud suficiente para destruir incluso los túneles bajo el complejo.
El equipo legal incluía a Stephen Preston, asesor general de la CIA; Mary DeRosa, consejera legal del Consejo de Seguridad Nacional; el contraalmirante James Crawford III y Jeh C.Johnson, asesor general del Departamento de Defensa de EE.UU.
De las revelaciones también se extrae que la operación fue totalmente secreta hasta cinco semanas antes para la mayoría de altos cargos involucrados.
El propio fiscal general, Eric Holder, cuya presencia en las discusiones fue primero valorada y después descartada, no recibió información sobre el plan hasta un día antes de la captura y muerte.
Precisamente llevar a cabo esa operación de uso de la fuerza en Pakistán era uno de los principales obstáculos legales claros sobre el que deliberó el equipo legal, que acabó sin embargo dando luz verde.
Johnson fue el que más claramente alertó sobre la violación de soberanía de Pakistán, pero el resto consideró que involucrar al país para su primera detención y posterior extradición a EE.UU. traería consigo un alto riesgo de fuga.
Legal
Varios juristas han sido sin embargo públicamente críticos con la legalidad de toda la operación SEAL.
“Pese a que EE.UU. llevaba una década de conflicto con Al Qaeda, la estrategia propuesta exigía dar respuesta a un gran número de importantes cuestiones legales, muchas de ellas sin precedentes”, dijo al diario Robert M. Chesney, profesor de Derecho de la Universidad de Texas que trabajó en el grupo sobre prisioneros del Departamento de Justicia.
También se ha conocido que el Gobierno estadounidense se planteó qué hacer con Bin Laden si solo era capturado pero no moría; y aunque una opción era trasladarlo a la prisión de Guantánamo, el plan era contradictorio con el anuncio de Obama de cerrar el centro de detención.
Para el caso de que fuera ejecutado, la administración estadounidense tuvo claro desde el principio que la opción de que el cuerpo acabara en el mar era la mejor para evitar “un santuario” para terroristas.
Sin embargo la opción no quedaba libre de dudas legales de nuevo, pues la Convención de Ginebra señala que hay que dar sepultura a los enemigos respetando su religión.
Ninguno de los miembros del equipo legal que deliberó y conoció cada detalle de la operación desde cinco semanas antes de la misma, está presenté en la famosa fotografía de Obama y su equipo siguiendo desde la sala de operaciones de la Casa Blanca el desarrollo de los hechos.
Con el objetivo de aumentar su política de transparencia, la administración Obama dio a conocer el pasado mes de mayo cientos de documentos que aseguraron haber hallado en el complejo paquistaní en el que sus fuerzas especiales mataron a Bin Laden el 1 de mayo de 2011.