Santo Domingo. El intento de asesinato del afamado exgrandes ligas dominicano, David Ortiz, llega hoy a su décimo día tan enmarañado y atrapado en un enigma que lo ensombrece todo, aportando escasa luz hacia el fondo desde la primera noche del ataque criminal, dejando al aire dos cuestiones de orden capital que abruman la reflexión colectiva: quién y por qué fue mandado a matar el Big Papi.
Este caso, que ha despertado la creatividad y el imaginario para elaborar las más inverosímiles historias y especulaciones, ha sido alimentado, en parte, por los fallidos informes oficiales que cambian con frecuencia las versiones, formando un complejo laberinto que sólo agrega confusión.
Después de que civiles capturaron a Eddy Vladimir Feliz García (El Nata), el hombre que condujo en moto a Rolfi Ferreras Cruz, el gatillero que baleó por la espalda a Ortiz con una pistola marca Hi-Power, el corrido de arrestos, acusaciones, y rectificaciones de datos han confundido más que informado al país y al mundo.
Con los primeros arrestos llegó un informe de la suma que habría sido pagada para consumar el crimen: 400 mil pesos para un grupo que, a medida pasaban las horas, iba aumentando, a su vez que llegaban las dudas del bajo monto pagado para tanta gente, cuando se trataba de eliminar a una figura tan notable como Ortiz.
Horas después se conoció de una versión que el portavoz de la Policía habría dado a una estación de televisión extranjera, diciendo que se estaba investigando un informe de un presunto pago de cinco millones de pesos.