Lula va la exterior para combatir su casería judicial

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Lula maniobra en el exterior para ganar apoyo ante su “cacería judicial”

SAO PAULO. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, cercado por varias investigaciones sobre supuesta corrupción, ha ampliado sus maniobras en el exterior para denunciar la “cacería judicial” de la que se dice víctima.

Lula, amparado por el Partido de los Trabajadores (PT), que fundó hace 36 años, ha redoblado en las últimas semanas su defensa fuera de Brasil, país que gobernó entre 2003 y 2010, y mueve fichas para intentar frenar una eventual petición de prisión.

El PT presentó esta semana una revista en cuatro idiomas para explicar en el exterior la “cacería judicial” que supuestamente sufre el exjefe de Estado y cuyos destinatarios principales serán los periódicos internacionales.

El texto, en inglés, español, francés y portugués, desgrana los supuestos “abusos” cometidos contra Lula y subraya que el expresidente es centro “de la campaña más violenta de difamación contra un hombre público en toda la historia del país”.

Lula es investigado por corrupción y la propia Fiscalía ha dado por hecho que el expresidente “participó activamente” de la trama de corrupción enquistada en la petrolera estatal Petrobras, por la que ya han sido condenados a prisión políticos, empresarios y ejecutivos de la compañía.

La situación judicial del político más carismático de Brasil se complicó a fines de julio, cuando pasó a ser imputado en un proceso por “obstrucción a la justicia”, por supuestamente haber intentado comprar el silencio de uno de los implicados en la corrupción en Petrobras, aunque el documento divulgado por el PT lo niega.

“A pesar de todo no hay una acción judicial contra Lula: o sea, no está imputado, pero sus acusadores, en el aparato de Estado y en los medios de comunicación, le tratan previamente como condenado”, dice la publicación titulada “La cacería judicial del expresidente Lula”.

El partido de Lula atribuye el “error de información” a una cuestión de tiempos, ya que cuando el documento fue mandado a la imprenta la justicia todavía no había aceptado a trámite las denuncias y el expresidente no estaba todavía imputado, como ya lo está hoy

El PT, también salpicado por la corrupción, comparó el traslado del expresidente, el pasado 4 de marzo, a una comisaría para declarar con un “verdadero secuestro” por parte de los investigadores del mayor caso de corrupción detectado en Brasil, el de Petrobras.

A fines de julio, Lula llevó su situación judicial al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, ante el que denunció la actuación de los investigadores, especialmente del juez Sergio Moro, responsable de las investigaciones del caso Petrobras.

El “cerco”

El “cerco” se ha intensificado en los últimos días y el propio Lula lo ha atribuido a una “represalia judicial” por haber recurrido a Naciones Unidas.

El PT y Lula atribuyen la supuesta “persecución política y judicial” a una cuestión electoral, ya que el expresindete ha dejado abierta su posible candidatura para las elecciones presidenciales de 2018.

“Lula es perseguido porque no pueden derrotarlo en las urnas”, resalta la publicación.

El PT necesita de su fundador para intentar ganar los comicios de 2018, pues la formación se encuentra tocada después del juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff, que podría perder su cargo a fines de agosto por supuestas irregularidades en las cuentas públicas.

Lula, que cuenta con un carisma del que carece su ahijada política, ha advertido en más de una ocasión que cuanto más le “persigan”, más va a “crecer” políticamente.

“Que se preparen. Cuanto más odio, cuanta más mentira, más voy a crecer”, aseguró en una de sus últimas comparecencias públicas.