BRASIL. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se presentó hoy ante un juez para declarar, por primera vez en calidad de reo, en una de las cinco causas que tiene abiertas en los tribunales por asuntos vinculados a la trama corrupta en Petrobras.
Lula prestó declaración sobre cargos de supuesta “obstrucción a la justicia”, que se apoyan en presuntas maniobras que realizó para tratar de impedir que un exdirectivo de la petrolera estatal firmase un acuerdo de colaboración judicial en ese sonado caso.
Los cargos fueron aceptados a trámite por el juez federal Ricardo Leite, de Brasilia, quien también ha incluido entre los acusados al exsenador del Partido de los Trabajadores (PT) Delcidio Amaral, al banquero André Esteves y al empresario José Carlos Bumlai, un hombre que mantiene una estrecha amistad con el exmandatario
La acusación se refiere a supuestas maniobras para intentar evitar que el exdirector de Petrobras Nestor Cerveró, detenido por los escándalos en esa empresa estatal, aceptara confesar lo que sabía al respecto a cambio de una reducción de pena.
La base del proceso está precisamente en un acuerdo similar que el exsenador Amaral pactó con la Justicia tras ser detenido por su implicación en la red de corrupción que operó en Petrobras.
Amaral, en esa declaración, denunció que Lula le encargó pagar 250.000 reales (hoy unos 79.000 dólares) para “comprar el silencio” de Cerveró.
El exsenador, quien era el jefe del oficialismo en la Cámara alta, también sostuvo que el plan de soborno a Cerveró incluía facilitar su “fuga” del país a través de Paraguay, rumbo a algún país de Europa.
Lula ha negado a rajatabla ese supuesto intento de soborno y lo ha atribuido, al igual que las otras cuatro causas que enfrenta por presunta corrupción asociada al caso Petrobras, a una “persecución política” que, en su opinión, intenta impedir que aspire nuevamente a la Presidencia en las elecciones previstas para 2018.