Tres jueces del Tribunal de Schleswig-Holstein, land del norte de Alemania fronterizo con Dinamarca, tienen en sus manos el destino de Carles Puigdemont, prófugo de la justicia española, que le acusa de presuntos delitos de rebelión y malversación de caudales públicos. Sobre esos tres jueces, que el pasado 5 de abril decidieron excarcelarle por considerar “inadmisible en principio” su entrega por rebelión, recaen ahora las miradas, ya que deben todavía tomar su resolución final, evaluando los delitos que figuren en una nueva solicitud de la Fiscalía del land. Decide sobre este asunto la justicia de este estado federado (Alemania tiene 16), porque Puigdemont fue detenido el 25 de marzo en su territorio, y la competencia sobre euroórdenes es de los länder.
Los tres jueces son Martin Probst, Matthias Hohmann y Matthias Schiemann, y ejercen en la sala primera de lo penal del Tribunal Superior Regional ( Oberlandesgericht) de Schleswig-Holstein (SH), con sede en la ciudad de Schleswig. Sobre sus trayectorias profesionales se sabe poco, al no haber tenido gran cobertura mediática y no ser especialmente conocidos en el ámbito de la judicatura. La portavoz del Tribunal rechazó dar información sobre sus carreras. Pero sus nombres han aparecido en prensa local o regional, por actividades que han desempeñado o por juicios que merecieron cobertura periodística.
Martin Probst, de 60 años, es el presidente de la sala desde inicios de este año. “Este hombre de abundante cabello rizado está siempre de buen humor cuando camina por los pasillos del venerable Tribunal Superior Regional”, escribió sobre él Ove Jensen, periodista del diario local Schleswiger Nachrichten, al poco de la excarcelación de Puigdemont. Probst ha trabajado siempre en Schleswig, la localidad de 25.000 habitantes donde creció.