LONDRES (EFE).- La organización humanitaria Oxfam alertó hoy de la creciente desigualdad mundial al indicar que las 62 personas más ricas del planeta tienen tanta riqueza como la mitad de la población de escasos recursos, unas 3.600 personas.
La organización no gubernamental, con sede en Londres, pidió medidas urgentes para atajar la «crisis de la desigualdad» en un informe con motivo de la próxima reunión anual del Foro Económico Mundial que se celebra en la localidad suiza de Davos.
Oxfam pidió a los líderes del mundo acción contra los ricos que se benefician de dudosos arreglos fiscales, algo que priva -añade- a los Gobiernos en desarrollo de millones de libras al año que podrían ser utilizados para mejorar la sanidad y la educación.
Oxfam añade que la brecha entre los ricos y los pobres se ha ampliado «dramáticamente» en los últimos 12 años.
Agrega que, si bien el número de personas que viven en la pobreza extrema disminuyó entre 1990 y 2010, el ingreso promedio anual del 10 por ciento de las personas con recursos limitados ha aumentado menos de tres dólares al año en los últimos 25 años.
Oxfam considera que medidas contra la evasión fiscal deberían formar parte de acciones para combatir la desigualdad, junto con un aumento de la inversión en servicios públicos y un incremento de los ingresos de la población que menos gana.
El director ejecutivo de Oxfam en el Reino Unido, Mark Goldring, dijo que es «inaceptable que la mitad de la población mundial no tenga más que un pequeño grupo de super-ricos globales, tan pocos que los podrías meter en un solo autobús».
«La preocupación de los líderes mundiales sobre la escalada de la crisis de la desigualdad no se ha traducido en medidas concretas para asegurar que los que están al final (de la escala social) tengan su participación en el crecimiento económico», agregó.
«En un mundo en el que uno de cada nueve se va a la cama con hambre cada noche, no se puede permitir seguir dando a los más ricos una porción más grande del pastel», subrayó.
Según Oxfam, los super-ricos tienen unos 7.600 billones de dólares en cuentas de paraísos fiscales.
«Acabar con la extrema pobreza requiere que los líderes del mundo atajen la creciente diferencia entre los más ricos y el resto (del mundo)», insistió Goldring.