Miniña Arias Patricio, esposa del comerciante, narró que el crimen ocurrió a las 5:30 de la mañana cuando ambos salían de su colmado Serie 11, donde durmieron, y se trasladaban a su casa en esa misma calle, y los tres hombres los interceptaron y sin mediar palabras le hicieron tres disparos a quemarropa.
Dijo que cuando pidió ayuda, los vecinos salieron, pero ya era demasiado tarde.
Aseguró que cuando uno de los vecinos y ella llevaron a la víctima al hospital Francisco Moscoso Puello, los doctores les dijeron que ya estaba muerto.
“No es justo que los tigres maten a una persona tan buena, tan decente, que no le hizo daño a nadie, una persona trabajadora y honrada”, exclamaba desconsolada la viuda.
“Ya no se puede hacer nada. La delincuencia está arropando al país. ¿Adónde vamos a vivir, matándonos unos con otros?», se preguntaba la dama en medio del llanto. Santana tenía un solo hijo de 24 años.