Buenos Aires, Argentina. — Un agente del servicio penitenciario asesinó el viernes a su expareja, quien lo había denunciado previamente por violento, a tres familiares de ella y a un allegado, en otro caso que ha puesto en evidencia la ineficacia del sistema de protección de mujeres que sufren este flagelo en Argentina.
Facundo Solís, suboficial del Servicio Penitenciario de la provincia de Santa Fe, cometió el quíntuple crimen en un barrio de clase humilde de la ciudad de Santa Fe, a unos 467 kilómetros al noreste de Buenos Aires, con su arma reglamentaria calibre 9 milímetros, informó la policía local en un comunicado.
El asesino, de 33 años, primero retiró a sus hijos de 7 y 3 años de la vivienda de su exesposa Mariela Nogueira y los dejó en la casa de los abuelos paternos. Poco después, el hombre regresó al domicilio de su exmujer y le disparó en la cabeza.
La víctima había denunciado a Solís por violencia de género y la justicia le había impuesto una orden de restricción que, según allegados y vecinos, el victimario nunca respetó.
Luego de matar a su exmujer, Solís se trasladó a una vivienda contigua y asesinó a su hijastra, Aylén, de 20 años; al novio de ella; a su exsuegra y a su excuñada. En tanto que también hirió al hijo de esta última en el antebrazo. El joven se encuentra fuera de peligro, según el parte médico difundido por el hospital Cullen.
“A mi hermana la tenía amenazada y la golpeaba”, dijo a periodistas Alberto Noguera, hermano de la expareja de Solís. “Tenía dos denuncias por violencia de género, una desde hace un año y otra desde hace tres semanas y no podía acercarse a la casa”.
Tras la masacre, Solís se refugió en otra vivienda del barrio hasta que un equipo especial de la policía provincial lo detuvo.
El ministerio de Justicia de Santa Fe informó que Solís ingresó hace 12 años al Servicio Penitenciario. No había en su registro incidentes ni antecedentes penales.