DAVOS (SUIZA).- GAVI, una alianza público-privada que favorece el acceso a las vacunas, y una subsidiaria de la farmacéutica Merck anunciaron hoy un acuerdo que permitirá contar a partir de mayo con una reserva de 300.000 vacunas en caso de un nuevo brote de ébola.
Ambas partes buscan igualmente acelerar el procedimiento de autorización para la comercialización de la vacuna, que en el caso de cualquier producto farmacéutico requiere varios años.
GAVI aportará cinco millones de dólares para continuar con el desarrollo de esta vacuna experimental, que fue utilizada en ensayos clínicos durante la epidemia de ébola que finalizó recientemente en África occidental, luego de haberse propagado por Guinea, Liberia y Sierra Leona durante dos años.
El compromiso permitirá contar con las 300.000 dosis mientras se avanza en los estudios que aún son necesarios para obtener la autorización definitiva de las autoridades de regulación sanitaria del mundo.
Se espera alcanzar ese objetivo en diciembre de 2017, dijo en una rueda de prensa el director ejecutivo de GAVI, Seth Berkley.
Los ensayos clínicos masivos con esta vacuna se realizaron principalmente en Guinea y contaron con la autorización previa de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Unas 4.000 personas fueron vacunadas en la situación de emergencia que planteaba la epidemia de ébola, lo que permitió comprobar que la vacuna era no sólo eficaz, sino segura para el ser humano.
Ensayos más restringidos se realizaron en Sierra Leona y Liberia, así como en otros países del mundo que no estaban afectados por la epidemia, con grupos de voluntarios.
Los estudios indicaron que la eficacia de la vacuna se ubica entre el 90 y el 100 por ciento.
«Si surge un nuevo brote, el mundo estará preparado porque habrá una vacuna», declaró a Efe el director de la organización civil Wellcome Trust, que ha participado en el acuerdo.
La última epidemia de ébola causó en los tres países contaminados un total de 28.600 casos y la muerte de 11.300 personas, de los que varios cientos fueron médicos, enfermeras y personal sanitario auxiliar.
Por esta razón, los vacunados durante la epidemia fueron prioritariamente el personal sanitario y el círculo más próximo de los infectados.