CARACAS. El oficialismo chavista, que sufrió el peor revés de su historia en las elecciones legislativas en Venezuela, empezó ayer a tomar decisiones claves en la lucha de poder con la oposición, antes de entregarle el 5 de enero el control total del Parlamento.
En la primera sesión parlamentaria tras los comicios, la Asamblea Nacional, actualmente dominada por el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), aprobó una ley que transfiere a los trabajadores la propiedad del canal de televisión y la radio del Parlamento (ANTV y AN Radio).
“Estamos protegiéndolos de la arremetida fascista”, dijo el presidente de la Asamblea y número dos del chavismo, Diosdado Cabello, entre aplausos y vivas de trabajadores de esos medios que acudieron al hemiciclo parlamentario, a quienes la oposición acusa de estar al pleno servicio del PSUV.
El Parlamento también designó este jueves al nuevo Defensor Público y tiene previsto aprobar, antes del cambio de legislatura, una ley de estabilidad laboral y nombrar a 12 magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), foco de conflicto porque según la oposición los candidatos son afines al chavismo.
Por primera vez en 16 años de gobierno socialista, la oposición, agrupada en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD, centroderecha), tendrá el control total de la Asamblea de 167 escaños, al ganar en los comicios del domingo 112 diputados contra 55 del oficialismo.
Con esa mayoría súper calificada, la oposición podría remover funcionarios de los máximos poderes del Estado, buscar una salida anticipada del presidente y aprobar una ley de amnistía para presos políticos, entre ellos el líder radical Leopoldo López, aunque el mandatario Nicolás Maduro ya anticipó que la vetará.
“Vamos a recuperar nuestra autonomía como poder nacional y vamos a promulgar una serie de leyes, la primera de las cuales es la ley para liberar a los presos políticos y que regresen los exiliados”, manifestó el diputado opositor reelecto Henry Ramos Allup.
Un grupo de diputados opositores electos se comprometió este jueves a aprobar la amnistía durante un acto frente a la cárcel de Ramo Verde, en las afueras de Caracas, donde está recluido López.
No hay pacto con la burguesía
La oposición ha prometido impulsar desde el parlamento una serie de reformas económicas para sacar al país de la crisis, para lo cual inició este jueves reuniones que definirán la agenda que impulsarán en la nueva Asamblea.
Pero Maduro, que ha endurecido su discurso, prometió enfrentar a la futura “Asamblea burguesa” con una reacción “revolucionaria” y “socialista”, y este jueves convocó al PSUV al inicio de una jornada de “autocrítica” para definir acciones de “rectificación”.
“No hay ni habrá pacto con la burguesía. La revolución seguirá. Es cierto que hubo un voto castigo, el pueblo votó el domingo y el castigo vendrá a partir del 5 de enero”, aseguró Cabello, al señalar en el recinto que la oposición echará atrás las conquistas sociales.
Ramos Allup, quien aspira a sustituir a Cabello en la jefatura parlamentaria, afirmó por su parte que las “misiones sociales continuarán”. “Tranquilos que a nadie se le va a quitar nada”, afirmó este jueves en entrevista por televisión.
En calles de los alrededores de la Asamblea Nacional, grupos de chavistas manifestaban su apoyo a Maduro. “No le temo al opositor que me ataca, sino al falso chavista que me abraza”, se leía en una pancarta que portaba unos de los manifestantes.
“Los propios funcionarios del Estado fueron los que hicieron que se perdiera esta vaina”, dijo el líder de la manifestación a través de un megáfono, en tanto que en una esquina junto a la Plaza Bolívar se desarrollaba un debate entre seguidores del oficialismo sobre la derrota electoral.
En las filas del chavismo pareció iniciar un debate interno, con voces de autocrítica. La arrasadora derrota es interpretada como un “voto castigo” a la gestión de Maduro por la crisis económica reflejada en una elevada inflación, del 200% anual según analistas independientes, y aguda escasez de alimentos.
El exvicepresidente José Vicente Rangel reconoció en una columna que aunque en la victoria de la oposición influyó la crisis, también influyeron aspectos como la “corrupción”, “políticas desacertadas y contradictorias”, “rechazo a consensuar” y “arrogancia de muchos funcionarios”.
Los resultados del oficialismo en las legislativas son los peores de toda su historia, pues la oposición obtuvo una ventaja de más de dos millones de votos, 56,2% contra 40,8%.