El exmiembro titular de la Junta Central Electoral (JCE) José Ángel Aquino, advirtió que la Ley de Partidos y Agrupaciones Políticos no vale la pena ser aprobada si no se establece claro el derecho de las bases de los partidos a elegir a sus candidatos, sea mediante el sistema de elecciones primarias abiertas o cerradas, lo que también genera otro debate.
Dijo que el tema de las elecciones primarias es fundamental y que con las primarias abiertas, el voto preferencial deja de ser necesario.
Dejó claro que la Constitución dominicana establece que la organización de los partidos descansa sobre dos principios: democracia interna y transparencia, por lo que la Ley de Partidos tiene, necesariamente que referirse a la Ley de Partidos. Y, “el rema de la democracia interna es entre otras cosas, la elección de los candidatos de los partidos políticos”.
Aquino expresó que la idoneidad de las primarias abiertas o cerradas de los partidos va a depender de cómo se regulen, ya que la una y la otra tienen sus pro y sus contra, y no hay un modelo perfecto.
Puso como ejemplo de modelo de elecciones primarias abiertas a Uruguay y Argentina. De Uruguay dijo que siempre se coloca como el modelo democrático de América Latina, tiene primarias abiertas desde 1997 y en Argentina, desde el 2009.
Insistió en que todo depende de cómo se organicen los procesos, las reglas y sobre todo, que la clase política haga consenso.
Cerradas. Analizó que las primarias cerradas tienen el beneficio que fortalecen la estructura interna de los partidos, a sus militantes, y reduce el clientelismo.
Pero ve el gran problema que no puede haber primarias cerradas correctamente organizadas sin padrón electoral interno, y “los partidos políticos dominicanos no tienen padrón electoral actualmente”.
Aconsejó que en caso de que se den primarias cerradas, tiene que ser sobre la base de que se reelaboren los padrones electores de los partidos, bajo la tutela de la Junta Central Electoral (JCE).
“Que los partidos políticos se organicen y todos los militantes se inscriban otra vez, al igual que se hizo en México, Panamá y en Chile, proceso bajo el control y la certificación de una autoridad externa como la JCE o el Tribunal Superior Electoral (TSE), para que no haya doble militancia”.
Primarias Abiertas. Aquino, abogado, catedrático y uno de los investigadores del tema de las primaras, asume que la modalidad de elecciones abiertas fomenta más el clientelismo, pero también tienen la ventaja, no valorada, de que si se eligen legisladores con primarias abiertas, “el voto preferencial deja de ser necesario”.
Esto, explicó, porque el voto preferencial se utiliza para evitar el control de las cúpulas a lo interno de los partidos y para que la ciudadanía tenga un nivel de libertad al momento de elegir a sus representantes.
“Pero si la ciudadanía puede participar en una primaria, podría hacerse la elección por una lista bloqueada”, dijo, tras descartar que la JCE, con primarias abiertas, pueda influir, manipulando datos a favor de un determinado candidato. Defendió lo depurado y confiable que es el padrón de la JCE.
“El órgano electoral es garantía de una elección fiable, sobre todo, en momento en que los partidos políticos han perdido la capacidad de ser árbitros. No hay en los partidos políticos una entidad que pueda ser árbitro, y por eso, es que están requiriendo la intervención de la JCE”, entidad a la que exhorta cuidarse de ir a organizar elecciones internas sin un padrón fiable de los partidos políticos. “No son fiables los padrones de los partidos”.
Manifestó que en las primarias abiertas está la situación de que se incluye la población no militante, lo que puede ser bueno o malo.
Descarta que sea de costo elevado para la JCE la organización de primaras abiertas, si se hace de manera gradual y no en todos los niveles de votación.
Recomienda hacer primarias abiertas en el nivel congresual, y en un segundo momento, pasar al nivel presidencial.
Primarias obligatorias. Aquino estima conveniente estudiar luego la propuesta que hizo un partido político, de que las primarias abiertas sean obligatorias para los cuatro partidos mayoritarios, dejando fuera los otros 22 partidos y movimientos.
Dejó claro que en el último proceso electoral del 2016, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) fue el único que realizó primarias para la escogencia de su candidato en el nivel presidencial.
“Para el nivel congresual y municipal, más del 80% de candidatos fueron electos sin primarias, bajo acuerdos, encuestas y otros procedimientos, que no son los más democráticos, porque la militancia fue excluida de decidir”, puntualizó.