TEMIXCO. Gisela Mota, una flamante alcaldesa mexicana, estaba aún en pijama y levantándose el sábado pasado cuando un grupo de hombres encapuchados y armados entró a su casa saltando una barda, la arrastró desde su habitación hasta la sala familiar y la acribilló frente a sus padres.
“Yo les dije a ellos, les dije que si querían matarme que me mataran a mí primero, pero ella dijo ‘yo soy Gisela’, entonces se la llevaron a ella porque ella tenía mucho valor”, dijo la madre de Mota, Juanita Ocampo, durante un homenaje en el congreso del estado de Morelos.
La “jalaron de su recámara y la mataron en la sala”, añadió la mujer.
En la casa estaban sus familiares, entre ellos un sobrino que había nacido el día anterior. Ocampo dice que la irrupción de los agresores la sorprendió cuando preparaba un biberón para el bebé.
Los familiares fueron sometidos y golpeados por los victimarios, según la madre, que dijo que la alcaldesa de la ciudad de Temixco (centro) “se entregó para que soltaran a todos los demás”.
La presidenta municipal, de 33 años, soltera y que aún vivía con sus padres, había asumido su cargo apenas un día antes, el 1 de enero, en el modesto palacio municipal de Temixco, y los vecinos esperaban que arreglara los problemas de la ciudad de 100.000 habitantes.
La casa, con una gran puerta de madera rústica y un horno de barro en la entrada, destaca entre las humildes viviendas de sus vecinos, que dicen que la noche anterior, Mota había festejado su toma de mando con música y danzas típicas.
“En la mañana, se oyeron unos seis disparos, creímos que eran cohetones, pero escuchamos que gritaban que habían matado a Gisela”, señala Pablo Ortega, un vecino de 48 años, que dice que siete hombres armados llegaron en un automóvil frente a la casa para saltar la barda.
Sospechosos: Los Rojos
El padre de Mota salió corriendo detrás de los asesinos. Poco después, las autoridades lograron capturar a tres presuntos agresores, entre ellos un menor de edad y una mujer, mientras que otros dos fueron abatidos.
Graco Ramírez, gobernador del estado de Morelos, dijo que la investigación señala que el cártel de Los Rojos fue responsable del asesinato.
Ramírez reveló que la joven política, del izquierdista Partido de la Revolución Democrática del gobernador, fue abatida porque apoyaba la implementación de un “Mando Único” entre policías municipales y estatales, y su asesinato fue una “clara amenaza” del crimen organizado en contra de los otros alcaldes que apoyan el esquema.
Los Rojos mantienen una lucha frontal con Guerrero Unidos, el cártel acusado de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014.
Ambas organizaciones, asentadas también en el vecino estado de Guerrero (sur), disputan el lucrativo negocio del acopio y trasiego de la goma de opio.
Las autoridades señalan que Guerreros Unidos controla las actividades delictivas en Cuernavaca, capital de Morelos, mientras que la vecina ciudad de Temixco la disputan con Los Rojos.
El gobernador describió a Mota como una política “independiente y combativa” que fue abatida porque buscaba impedir la presencia de Los Rojos. Ramírez afirmó que estas organizaciones buscan a toda costa recuperar territorios que su gobierno les ha arrebatado.
Temixco, conocida por sus balnearios con piscinas y toboganes, es acechada por el crimen y es aquí donde fue asesinado junto a otras seis personas en marzo de 2011 el hijo del poeta Javier Sicilia.
Peligroso actuar bien
Una bandera a media asta, dos grandes moños negros y dos coronas fúnebres lucían el lunes frente al desolado palacio municipal.
Mientras que una veintena de grandes coronas fúnebres y montones de arreglos florales fueron dejados en el polvoriento panteón municipal de Pueblo Viejo, donde el domingo Gisela Mota fue enterrada, muy cerca de su casa.
Ella “estaba muy empeñada en que las cosas fueran diferentes” en Temixco, dijo a la AFP Míriam Martínez, secretaria General del Sindicato de Trabajadores.
Miguel Ángel Colín, antecesor de Gisela Mota, dejó la administración del municipio hecha un desastre, explicó la líder sindical.
“Tenemos sueldos vencidos, adeudos”, hay “trabajadores a los que les deben hasta cinco quincenas y aguinaldos desde hace dos años”, añadió.
El gobernador, por su parte, informó que el exalcalde es investigado, aunque no precisó las razones.
Es un “peligro trabajar como político cuando quieres hacer las cosas bien (…) enfrentando a personas que no tiene la misma idea”, señala con tristeza la sindicalista, de larga cabellera negra y llamativo maquillaje.
Casi 100 alcaldes y más de 1.000 trabajadores de alcaldías han sido víctimas de ataques en México en la última década, de acuerdo con la Asociación de Autoridades Locales de México.
Tras el asesinato de Mota, el gobernador decretó instalar el Mando Único en 15 de los 33 municipios, incluida Temixco y la capital, Cuernavaca, cuyo alcalde es el famoso exfutbolista Cuauhtémoc Blanco.
Ramírez entró en conflicto con Blanco por esta estrategia de seguridad y señaló que “gente detrás” del exfutbolista de la selección aprovecha su inexperiencia para instalar grupos delincuenciales en Cuernavaca.
Blanco, de 42 años, rechazó la acusación y responsabilizó a Ramírez de cualquier ataque que pueda sufrir él o su familia.