CARACAS. Las autoridades electorales venezolanas iniciaron ayer la instalación de 40.601 mesas de votación en todo el país, mientras oficialistas y opositores ponen a punto su engranaje partidista para los comicios legislativos del domingo.
La presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, dijo en un comunicado que “la distribución de las maquinas a los centros de votación se cumplió en 99,7%”. La funcionaria se mostró complacida por el desarrollo del proceso.
Unos 19,4 millones de venezolanos mayores de 18 años están inscritos para participar en los comicios legislativos en los que se elegirán 167 miembros a la Asamblea Nacional unicameral, que actualmente es controlada por una mayoría oficialista.
El ministro de Defensa, general en jefe Vladimir Padrino López, informó que ya están desplegados 163.019 militares en las 87 circunscripciones electorales distribuidas en 23 estados y El Distrito Capital.
Las fuerzas armadas, a cargo de la seguridad y la logística en el proceso, contarán con el apoyo de más de 49.000 milicianos, “que complementan tareas muy claras y específicas de acompañamiento, de seguridad externa” en los centros de votación, agregó el militar.
La presencia de la milicia son vistas con recelo por los adversarios del gobierno. Ese cuerpo creado en años recientes con miembros de organizaciones de bases partidistas del ahora fallecido presidente Hugo Chávez y beneficiarios de los programas sociales del gobierno.
En relación a la situación en la frontera con Colombia, donde en una veintena de municipios de los estados Táchira, Zulia y Apure se cerraron los pasos fronterizos y se estableció estado de excepción, Padrino López expresó que está garantizado que el proceso de votación se desarrolle con normalidad.
“Los estados de excepción, a mi parecer, garantizan aún más el ejercicio democrático que se va a dar el próximo 6 de diciembre”, dijo el ministro en una entrevista difundida el viernes por la televisora privada Venevisión.
“El pueblo de Venezuela… que hace vida en la frontera, va a tener la libertad y la seguridad más pronunciada, ya que antes de salir a votar contará con todas sus garantías y con toda la protección que los estados de excepción”, aseveró.
Desde finales de agosto la frontera entre Colombia y Venezuela se encuentra cerrada a los largo de los más de 2.200 kilómetros de territorio que comparten ambos países.
El presidente venezolano Nicolás Maduro ordenó la clausura de todos los pasos fronterizos de forma indefinida ante lo que consideraba una puerta de entrada para grupos paramilitares y la vía de salida para productos venezolanos subvencionados con precios mucho más bajos que los de Colombia. El cierre fronterizo provocó una grave crisis entre ambos países que sigue sin resolverse.
Si la oposición logra arrebatar la mayoría de los escaños a los aliados del gobierno del presidente Maduro en los comicios del 6 de diciembre, finalmente lograría el poder para tratar de contener el cada vez mayor control del Ejecutivo sobre la vida nacional.
Algunos sectores opositores han anunciado también que, de ganar el control de la Asamblea, podrían promover un referendo revocatorio contra Maduro antes de que el presidente complete su mandato de seis años, que termina en el 2019.
Una derrota, en tanto, animaría a los seguidores del ahora fallecido presidente Hugo Chávez para seguir en el camino de la transformación de Venezuela en un estado socialista.
Además de la sobrevivencia del proyecto político de Chávez, el oficialismo repetidamente dice que un triunfo opositor pondría fin a una serie de programas sociales que incluyen desde capacitación laboral, viviendas, electrodomésticos y hasta ayuda en efectivo para madres solteras.