PARÍS. El ruido de una explosión se escucha claramente en las cajas negras del avión ruso que se estrelló el pasado sábado en la península del Sinaí, indicó al canal de televisión público francés France 2 uno de los investigadores que ha tenido acceso a esa grabación.
Según esta fuente, que no fue identificada, la explosión no tuvo lugar tras una avería del motor, lo que abunda en las sospechas de que pudo deberse a un artefacto dentro del aparato.
“La tesis del atentado al Airbus A321 ruso que se estrelló en el Sinaí se concreta”, señaló la cadena pública.
“Todo es normal, absolutamente normal durante el vuelo y de repente nada más”, publican varios medios franceses, haciéndose eco de las declaraciones de una de las fuentes que tuvo acceso a las grabaciones.
Al parecer fue algo “repentino, de ahí que el piloto no tuviese siquiera tiempo de enviar un mensaje de socorro”, analizaba un experto a la cadena de televisión de información continua BFMTV, que como todos los medios franceses están dando gran importancia al posible atentado.
Según la web del periódico “Le Monde”, algunas de las piezas que aparecen en las fotos de los restos del aparato, en el que fallecieron las 224 personas que se encontraban a bordo, están acribilladas por impactos desde el interior al exterior, “lo que acredita más bien la tesis de un estallido”.
La Agencia de Investigación Francesa (BEA) ha enviado a Egipto a cinco de sus expertos para analizar las causas del siniestro, a los que se sumaron otros seis técnicos que mandó la compañía constructora de la aeronave, Airbus.
La BEA -uno de los organismos de investigación de accidentes aéreos más reputados del mundo- explicó que participa en la investigación como representante del Estado de concepción del avión, junto a sus homólogas de Alemania, donde se construyó el aparato, y de Rusia, país que lo explotaba.
Primeros turistas británicos llegan de Egipto
Un primer grupo de turistas británicos que estaban varados desde el miércoles en la localidad egipcia de Sharm el Sheij por motivos de seguridad llegó hoy al Reino Unido, entre sospechas de que una bomba causó el siniestro de un avión ruso el pasado sábado.
Dos vuelos de la aerolínea británica de bajo coste easyJet procedentes del enclave egipcio han aterrizado en los aeropuertos londinenses de Luton y Gatwick, con unos 400 viajeros a bordo, de los cerca de 20.000 turistas de este país que esperan ser repatriados.
Se espera que otros vuelos de Monarch, Thomson Airways, Thomas Cook y British Airways sean fletados también en las próximas horas, si bien a menor ritmo de lo previsto inicialmente, por problemas logísticos en Egipto.
Al igual que lo hiciera el Reino Unido el miércoles, Rusia ha decidido hoy suspender las conexiones con la localidad turística de Sharm al Sheij, dejando aislados a miles de viajeros, ante indicios de que una bomba pudo causar el sábado el accidente en el aire del Airbus A-321 de la compañía rusa MetroJet, que iba de ese enclave egipcio a San Petersburgo con 224 personas a bordo.
Los servicios secretos británicos creen que alguien colocó un explosivo dentro o encima de una maleta en la bodega del avión ruso que se estrelló sobre la península del Sinaí, según ha informado la BBC.
De acuerdo con la cadena pública, las agencias de seguridad han llegado a esta conclusión, que comparte Estados Unidos, tras interceptar comunicaciones entre presuntos islamistas.
La rama egipcia del grupo terrorista Estado Islámico, Wilayat Sina, se ha atribuido el atentado, sin aportar detalles de la supuesta operación.
Siguiendo el ejemplo del Reino Unido, el presidente ruso, Vladímir Putin, autorizó hoy la recomendación del Servicio de Seguridad (FSB, antiguo KGB) de suspender los vuelos a Egipto hasta que se establezcan las causas del siniestro del Airbus A-321.
Otros países, como Alemania, Holanda y Bélgica, han restringido también sus vuelos.