Recientemente se han destapado algunos escándalos políticos de categoría corruptiva, en los litorales del Partido de la Liberación Dominicana, que se agravó por el rumor público casi general de que el poder judicial y la justicia en sentido general se encuentra subordinada al mandato del PLD, algunos han dicho que la justicia es un toro bravo para los pobres, pero tiene un arigón que la controla con una sola palabra, y los domadores de dicho toro se encuentran en la casa del PLD en la Avenida Independencia.
Ahora bien, hace pocos días la sociedad se atrincheró en su mayoría en las calles, por el famoso caso de los Félix, donde la procuraduría general no se callaba con el tema, hasta que Danilo consiguió la reelección, pues una vez aprobado el proyecto el procurador general no volvió a hablar mas del tema.
Otro caso es el de Raúl Mondesí en San Cristóbal, se dice por allá en la Avenida Constitución cerca del parque, que cuando Raúl Mondesí decidió apoyar otra candidatura que no fuera la de Danilo Medina le cayó la desgracia jurídica, la persecución penal, pero también se dice que cuando volvió su rostro para apoyar a Danilo Medina, la fiscalía el Ministerio Público se cayó la boca, y sus audiencias se han convertido en un maratón de aplazamientos donde la juez que conoce el caso reguarda mas los derechos de esos imputados que el derecho de la República al cumplimiento de la Ley.
Ya se sospecha que ambos casos terminarán en el olvido de la procuraduría general de la república y también se sospecha que los procesos penales seguidos contra los funcionarios públicos acusados de corrupción, solo son graves para aquellas personas que no son del grupo de Danilo Medina.
La Procuraduría General, el apoyo de Raúl Mondesí a la campaña de Danilo Medina y los tantos aplazamientos de sus audiencias, supuestamente para permitirle buscarle elementos de pruebas son un ejemplo de ello.