El juzgado de Atención Permanente del Distrito Nacional, dictó tres meses de prisión preventiva en contra de Natanael Castro Cordero (El Nato) acusado de formar parte de la red que dirigía César Emilio Peralta (César el Abusador).
El tribunal dispuso que el imputado cumpla la prisión preventiva en el penal de La Victoria, tras acoger un pedimento presentado en ese sentido por el Ministerio Público.
A la salida del tribunal, Castro Cordero rehusó hablar sobre la acusación formulada en su contra, momento en que era conducido bajo estricta medida de seguridad a la cárcel preventiva del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva.
De su lado, el abogado del imputado Joaquín Pérez calificó la decisión del tribunal de extremo, al señalar que su cliente que no tiene que ver con la acusación de lavado de activo y que recurrirá la decisión en los próximos días.
Sostiene que Castro Cordero, no tiene bienes a su nombre y que con lo único que cuenta es con un motor y una pasola, por lo que la acusación presentada en su contra por el Ministerio Público, no tiene fundamento.
De acuerdo a la solicitud de medida de coerción, Castro Cordero, quien permaneció prófugo durante casi once meses, supuestamente utilizaba su investidura de sargento del Ejército para comandar la seguridad de César el Abusador y que utilizaba sus teléfonos para que su jefe pudiera coordinar operaciones ilícitas de narcotráfico y lavado de activo sin ser detectado por las autoridades que le daban seguimiento.
Conforme con la instancia la condición de Castro Cordero de ser militar también le permitía transportar grandes sumas de dinero, armas, droga y prendas, sin ser interceptado por las autoridades que le daban seguimiento a la estructura de lavado y narcotráfico de César el Abusador.
Aduce la instancia que la función de Castro Cordero dentro de la organización de lavado era determinante porque le permitía a Cesar el Abusador mantenerse en las sombras, sin ser identificado por la inteligencia electrónica que había en contra de este, pues sus contactos los hacía a través de los teléfonos del imputado, así como a través de otros colaboradores que hoy guardan prisión.
Detalla además que Castro Cordero era fundamental para hacer los acuerdos con artistas urbanos de renombre, tanto nacionales como extranjeros para que realizaran presentaciones en las discotecas que eran utilizadas para lavar el dinero del narcotráfico.