Este viernes se cumplen 10 años del apresamiento en Puerto Rico del narcotraficante José David Figueroa Agosto, alias “Junios Cápsula”, tras escapar de un cerco que le tenían agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) en el país, tal como ocurrió el año pasado con César Emilio Peralta (César el Abusador), quien está acusado de ser el cabecilla de una red internacional de narcotráfico.
Figueroa Agosto, anteriormente había escapado de una cárcel de máxima seguridad de esa isla, se identificó, además, con los nombres Felipe Rodríguez y Ramón Sánchez. Fue apresado en Loíza, área de Santurce, el 17 de julio del 2010 por agentes federales y estatales.
Pero no solo se cambiaba con frecuencia el nombre, también el rostro con cirugías plásticas.
A manejaba una red de trasiego de drogas que incluía contactos en Colombia y Venezuela, con socios que llevaban por aire los narcóticos – especialmente cocaína – hasta la zona este del país, donde se recogía y finalmente se transportaba a Puerto Rico en lanchas rápidas. Era buscado desde el año 1999.
Ocho horas después de que se produjera el arresto de “Junior Cápsula”, su compañera sentimental, Sobeida Félix Morel, quien también había huido de República Dominicanas tras iniciar un proceso penal en su contra por lavado de activos provenientes del narcotráfico, se entregó a las autoridades portorriqueñas.
Sobeida había sido favorecida con la variación de una medida de coerción, de prisión preventiva a garantía económica en 2009, lo que aprovechó para abandonar el país en una lancha rápida hacia Puerto Rico, donde tenía programado reunirse con Figueroa Agosto, quien había escapado previamente, tras el decomiso de 4,6 millones de dólares en efectivo dentro de un vehículo de lujo estacionado en una torre donde vivía la pareja.
Para la fecha de la captura del capo boricua, en el país se les conocía juicio a los otros miembros de esa red: Sobeida Félix Morel, Eddy Brito (exposo de Sobeida), Madelin Bernard, Mary Peláez, Sammy Dauhajre, Ricardo Ivanovich Smester, Juan José Fernández Ibarra y Dolphi Peláez. De ese grupo, solo Dolphi Peláez, no fue condenada, ya que a juicio del tribunal, el Ministerio Público no fundamentó bien la acusación en su contra y entendieron los jueces que los bienes que decía la Fiscalía que ella había adquirido producto de la asociación de malhechores, tenían procedencia legal.
Félix Morel llegó a un acuerdo de colaboración con el Ministerio Público para que su condena fuera de cinco años de cárcel y el pago de 50 salarios mínimos como multa.
