Esta semana corrió como pólvora en todo el territorio nacional que la Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia anuló la sentencia que favoreció al comunicador Marcos Martínez y lo condena a dos años de prisión suspendida, por supuesto uso de documentos falsos en perjuicio de la vicepresidenta de la República, y toda poderosa, la diosa, Margarita Cedeño de Fernández.
Es evidente que para emitir ese fallo la Cámara Penal de la Suprema tuvo que esforzarse mucho, sobre todo para que los especialistas en el área puedan entender la decisión y la forma como este tribunal se avocó a conocer el fondo basado en la existencia de pruebas invaloradas, pues el mismo Código Procesal Penal establece en el artículo 422-2, que cuando sea necesario valorar pruebas se ordenará un nuevo juicio, sin embargo ¨la ilustre señora Margarita Cedeño de Fernández¨ no podía asistir al juicio nuevo, como tampoco podía asistir a los anteriores y promovió la reforma de la Ley 76-02, que instituyo el Código Procesal Penal, para que la nueva Ley 10-15, reformara los artículos 84 y 85 relativos a las victimas quitando la obligación de que el querellante tenga que comparecer, así esta funcionaria Margarita Cedeño de Fernández nunca más después de la ley 10-15 volvió a ningún juicio, sino que estaba representada por sus abogados.
Eso es poco con relación a la condena de Leonardo Faña, por supuesta difamación a José Ramón Peralta, Ministro de la presidencia y contra el comunicador Holguín, por supuestamente difamar a la ex-presidenta de la Cámara de Diputados Lucia Medina hermana del presidente Danilo Medina.
Todas estas condenas se producen con la mirada indiferente del Partido Revolucionario Moderno (PRM), de cuya organización son casi todos los condenados, pero este partido enmudeció, tal vez, porque en el gobierno de su principal líder Hipólito Mejía los ciudadanos los mandaban a buscar presos sin orden de juez en un helicóptero, y ni hablar de los niveles de complicidad con el sistema de Luis Abinader, en definitiva el único partido que puede enfrentar la represión judicial, de los funcionarios del PLD, contra los ciudadanos indefensos, es cómplice por omisión, y por eso es que ese partidito PRM no sirve para nada y le será difícil alcanzar el poder, porque la población está mirando sus asquerosas actuaciones igual que las del PLD.
A estos individuos del PLD, hay que hacerle un altar para orarle mientras más roban, porque no se le puede criticar, ya que todo el que le critica o lo someten o lo destruyen y para eso si han utilizado bien su poder.
La Suprema Corte de Justicia Dominicana sienta un mal precedente, al condenar ella misma a un ciudadano, cuando es muy claro que ese expediente es político y detrás de él, está el poder de la beneficiada y toda poderosa ¨ ilustre señora Margarita Cedeño de Fernández¨ cuyo dinero se obtiene de los ¨pendejos del pueblo¨ y luego lo utiliza para perseguir los ciudadanos.
Este país de ¨jodio¨ hasta que los hombres y mujeres de pantalones le demuestren a estos carajos la importancia del honor, que no se compra con dinero y cuya dignidad no se obtiene por cargos públicos, sino por la valentía.
La vicepresidenta de la República Dominicana Margarita Cedeño de Fernández, gastó muchísimo dinero del Estado, no de sus bolsillos, sino de los bolsillos del pueblo, hablando de una supuesta campaña de ¨valores¨ entre la familia dominicana, entre esos valores que promovía están la ¨reconciliación y el perdón¨, pero esta gasta los cuartos y hace los que dice el viejo refrán ¨ A Dios rogando y con el Mazo Dando¨.
La Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia de la República Dominicana, ignoró que la historia siempre se vuelve a repetirse y que la biblia dice ¨Jehová hace Justicia a los Agraviados¨ y esto se cumple aun cuando el sistema entero sea injusto, quedando como ejemplo Ecuador, donde Rafael Correa, perseguía a los ciudadanos en sus tribunales y estos tenían que producir condenas casi obligatoria y hoy está corriendo prófugo, como un cualquiera, igual en Argentina, Honduras, Brasil, Perú, por lo que no resulta extraño que en su momento histórico todos estos abusadores de poder incluidos los jueces, vayan a las mazmorras a cumplir el mandato bíblico que establece ¨el que espada mata a espada debe de morir¨.
Respuestaprcesal.com.do, no niega los lazos de amistad que le unen a la mayoría de jueces de la Suprema Corte de Justicia, sin embargo como dice el refrán, ¨amor no quita conocimiento, ni aplaca el dolor¨, así que, deseamos a Marcos Martínez la mejor de la suerte y lo felicitamos, porque Margarita Cedeño y la Suprema Corte, solo lo condenaron a 2 años suspendido y no a la pena de muerte, que aunque no está establecida en República Dominicana, es una jurisprudencia que se la podían aplicar cuando la ofensa sea a una mujer tan ilustre como Margarita Cedeño de Fernández, la dueña y señora del poder dominicano y sus ciudadanos, por los que no queda otra cosa que decir:
¡Salve Margarita Cedeño, salve!