Tras intensos debates y una kilométrica sesión, los diputados rechazaron ayer el nuevo Código Penal, que además de contemplar una excepción para el aborto, incluía nuevas infracciones penales.
Al rechazar el proyecto como salió del Senado, es decir, sin las excepciones del aborto, los legisladores “tumbaron” la iniciativa y provocaron que el proyecto tenga que ser reintroducido más adelante. Así también, la decisión prolonga la prohibición absoluta del aborto, pues deja en vigencia las normativas actuales.
Mientras tanto, el presidente de la Comisión de Justicia, Henry Merán, alegó que no se trataba de discutir las observaciones hechas por el Poder Ejecutivo, ya que fueron rechazadas por el Senado.
Merán también realzó los avances que, a su entender, representaba la iniciativa. Ésta, según él, incluía 110 nuevos delitos, entre ellos, aumento de la pena máxima de 30 a 40 años; cúmulo de penas hasta 60 años; pena de hasta 20 años de cárcel para los adultos que usen a menores en delitos, como narcotráfico y criminalidad; protección de la mujer; igualdad de género; ocupación de terrenos y delimitación del estado de necesidad.
Además, estipulaba siete nuevos tipos penales referentes a la corrupción administrativa.
Esas nuevas infracciones fueron las que, según el reformista Víctor “Ito” Bisonó, impidieron finalmente la aprobación del Código Penal. No fue el aborto, sino esos delitos contemplados en la normativa legal.
La decisión de la mayoría cosechó el rechazo de la minoría. Así pues, diputados como los peledeístas Demóstenes Martínez y José Luis Cosme, deploraron que se perdiera la oportunidad de aceptar una sola excepción para el aborto.
En efecto, la normativa permitía la interrupción del embarazo, solo cuando fuera practicada por un médico en un centro de salud, y tras agotar todos los procedimientos científicos para tratar de salvar las vidas en juego.
Según ambos legisladores, lo procedente era aprobar la iniciativa tal y como fue presentada por el informe que rindió la Comisión de Justicia, y luego proponer modificaciones.
Los perremeístas sobresalieron en la controversia. Una de ellos, Faride Raful, desató una avalancha de críticas sobre la prohibición absoluta del aborto, e hizo una fogosa apología de las tres causales. Éstas salvedades son cuando peligre la vida de la madres, en caso de incesto o violación, o cuando el feto sea inviable.
Incidente. La polémica no estuvo exenta de incidentes físicos y verbales. En efecto, mientras Besaida González iniciaba su turno, el reformista Pedro Botello sacó un cartelón que decía: “Mamá te amo. ¡No me mates!” El peledeísta Manuel Díaz reaccionó airado: trató de arrancarle el cartelón, mientras intercambiaban palabrotas, incluyendo algunas que cuestionaban la hombría de Botello.
La cosa, empero, no pasó a más: otros intervinieron y calmaron los ánimos. Además, el incidente quedó totalmente subsanado cuando, poco después, Botello requirió la palabra y le pidió disculpas a su homólogo.
