BOGOTA, COLOMBIA. El presidente Juan Manuel Santos anunció el jueves que el cese definitivo del fuego con la guerrilla de las FARC comenzará a primera hora del 29 de agosto.
“Como jefe de Estado y como comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas he ordenado el cese al fuego definitivo con las FARC a partir de las cero horas del próximo lunes 29 de agosto”, dijo el gobernante en la sede del Congreso.
“Se termina así el conflicto armado con las FARC”, enfatizó.
El 23 de junio el mandatario y el jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño alias “Timochenko”, habían acordado en Cuba el cese bilateral y definitivo del fuego pero no habían fijado la fecha de su entrada en vigor.
Para el senador Juan Manuel Galán, del oficialista Partido Liberal, el anuncio será “el punto de partida para el plebiscito”.
En cambio el también senador Alfredo Rangel, del opositor Centro Democrático, opinó por Twitter que “Santos decreta cese al fuego definitivo con FARC mientras esos terroristas siguen enriqueciéndose con el narcotráfico”.
Santos informó al Congreso su decisión de convocar a un plebiscito sobre los acuerdos alcanzados con las FARC y entregó al presidente del Senado, Mauricio Lizcano, el texto firmado por las partes la víspera en La Habana.
El plebiscito, que se llevará a cabo el 2 de octubre, necesitará para ser ganador unos 4,5 millones de sufragios de los casi 35 millones de colombianos en condiciones de votar.
Horas antes en la capital cubana, el jefe del equipo negociador del gobierno, Humberto De la Calle, admitió que sería “catastrófico” para Colombia que el acuerdo de paz no sea aprobado en el plebiscito.
“Lo que queremos es que ningún colombiano se abstenga de decidir”, dijo De la Calle en conferencia de prensa en el último encuentro con periodistas en la mesa de diálogo instalada casi cuatro años atrás entre las FARC y el gobierno de Santos.
“¿Cuáles son las consecuencias (de una derrota del plebiscito)? A mí me parece que serían catastróficas”, agregó.
De la Calle recordó que en el pasado cada vez que se rompió un proceso de paz tomó al menos una década reanudar las negociaciones con el consecuente lastre de violencia y víctimas y un alto costo económico para el país.
Santos salió en la jornada hacia el Congreso desde la casa de gobierno acompañado por su familia y casi todos los miembros de su gabinete. Mientras caminaba hacia la sede del Parlamento un grupo de personas le gritaba “sí se pudo, sí se pudo”.
Aunque aún no hay una fecha precisa para la ceremonia de firma final del acuerdo de paz, De la Calle indicó que será antes del referendo.
“A partir de la firma formal que hará el presidente de la república, en fecha que vamos a convenir, comienza a aplicar el ‘Día D’ para el comienzo de la desmovilización de la guerrilla… Esa fecha será antes del plebiscito”, dijo De la Calle.
Se desconoce dónde se llevará a cabo la ceremonia formal que contará con la presencia de Santos y “Timochenko”.
Paralelamente, De la Calle instó a las FARC a que permitan salir a los menores que permanecen en sus filas, una medida de confianza mutua que se había acordado hace algunos meses, y recordó que en la lista de los delitos que no podrán ser amnistiados está el reclutamiento de menores.
“Todos los niños deben salir de filas (de las FARC), tienen que ser liberados en su totalidad”, dijo el ex ministro.
De la Calle también defendió la necesidad de que se pague un estipendio a los guerrilleros que se incorporen a la vida civil.
La víspera las delegaciones cerraron su proceso negociador que se basó en una agenda de seis puntos: los problemas de la tierra, la participación política, el combate al narcotráfico, el resarcimiento de las víctimas y los mecanismos de verificación de lo convenido.
Las negociaciones entre el gobierno de Santos y las FARC comenzaron a fines de 2012 y sobrevivieron muchos obstáculos, desde la detención de militares de alto rango que atravesaban zonas controladas por las FARC a bombardeos sobre campamentos rebeldes.
También a la férrea oposición de sectores opositores liderados por el expresidente Álvaro Uribe y que ahora hacen campaña por el “no” en el plebiscito.