Parlamentarios en Francia aprobaron una ley que hace ilegal pagar por sexo e impone multas hasta de US$4.275 a aquellos que compren actos sexuales.
Los que sean condenados también tendrán que asistir a clases para aprender sobre las condiciones que enfrentan las prostitutas.
La ley es polémica y tomó más de dos años en aprobar debido a las diferencias entre las dos cámaras del Parlamento.
Mientras que los proponentes de la ley aseguran que protegerá a las mujeres,algunas trabajadoras sexuales protestaron contra la legislación durante el debate final.
Unas 60 manifestantes, congregadas afuera del Parlamento en París, portaban carteles que leían: «No me liberen, me puedo cuidar sola», informó la agencia noticiosa AFP.
Miembros del sindicato Strass de trabajadoras sexuales sostienen que la ley afectará el sustento de miles de prostitutas, que se estima que suman unas 30.000 a 40.000.
Pero los que abogan por la ley dicen que ayudará en la lucha contra el tráfico humano.
También facilitará a las trabajadoras sexuales extranjeras conseguir un permiso de residencia temporal en Francia si aceptan buscar trabajo por fuera de la prostitución.
«El aspecto más importante de esta ley es acompañar a las prostitutas, darles documentos de identidad porque sabemos que el 85% de las prostitutas son víctimas del tráfico», dijo la parlamentaria socialista Maud Olivier, una de las promotoras de la medida, a la agencia AP.
Pero organizaciones de trabajadoras sexuales advierten que la ley sumirá la prostitución en una clandestinidad más profunda.
«Con esta ley nos esconderemos aún más. Tendremos más problemas de seguridad y de salud. Todo eso. Los clientes exigirán sexo sin condones. Ese tipo de cosas», afirmó una de las manifestantes.
Sin embargo, Anne-Cecile Mailfert, presidenta de la Fundación de Mujeres de Francia, le dijo a la BBC que la penalización de los usuarios en lugar de las prostitutas significa que las trabajadoras sexuales podrán buscar la protección de la policía de ser necesario.
«La actividad ya es clandestina porque la persona prostituida actuaba ilegalmente, era ilegal vender sexo en Francia», sostuvo Mailfert.
«Ahora eso ya no será ilegal, así que la mujer no tiene por qué temer porque la policía no estará en su contra. Le estamos dando a la persona prostituida una nueva herramienta para defenderse», explicó. «Si un cliente se vuelve violento, si pasa algo malo, sabrán que tiene la ley de su lado».