VARSOVIA. Miles de personas vuelven a recorrer hoy las calles de Varsovia para “defender la democracia”, que consideran amenazada por el partido gubernamental Ley y Justicia, y para exigir respeto a la figura del expresidente y premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, recientemente acusado de haber espiado para los comunistas.
Muchos de los participantes portan banderas de Polonia y de la Unión Europea, además de pancartas que piden más democracia y muestran imágenes del icónico Walesa, quien se ha convertido en un símbolo de quienes se oponen a las políticas de la formación nacionalista-conservadora Ley y Justicia.
La figura de Walesa como héroe de la lucha contra el comunismo se ha visto amenazada en la última semana por unos documentos recién difundidos según los cuales el exlíder del sindicato Solidaridad colaboró con los servicios secretos comunistas en la década de 1970 a cambio de dinero.
El Instituto de Memoria Nacional (IPN), una institución pública encargada de investigar el pasado comunista y bajo ocupación nazi, ha hecho públicos estos documentos y afirma su autenticidad.
Walesa ha criticado en numerosas ocasiones al Gobierno polaco, y su enemistad con el presidente de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, es de dominio público, lo que hace que desde la oposición se denuncie que detrás de las acusaciones al histórico activista hay una motivación política de deslegitimarle.
“Vanos a defender la democracia”, “Vamos a defender la Constitución”, “Vamos a defender a Lech Walesa”, gritaban hoy miles de personas llegadas desde diferentes puntos de Polonia.
“Tenemos nuestras libertades y lucharemos por defenderlas, nosotros somos el pueblo y la nación”, declaró Mateusz Kijowski, fundador del Comité de Defensa de la Democracia (KOD), el movimiento cívico espontáneo creado para oponerse a las políticas del partido Ley y Justicia y organizador de la marcha de hoy en Varsovia.
Entre los manifestantes se encuentran los líderes de los dos principales partidos de la oposición polaca: Grzegorz Schetyna, de Plataforma Ciudadana, y Ryrzard Petru, de Nowoczesna.
La protesta coincide con los cien primeros días en el poder de Ley y Justicia, que ganó por mayoría absoluta las elecciones del pasado octubre.
Al hacer balance de estos cien primeros días al frente del Ejecutivo, la primera ministra polaca, Beata Szydlo, reconocía ayer “errores y aciertos”, aunque entre esos errores no incluía las polémicas reformas del Tribunal Constitucional o de los medios de comunicación públicos.
Precisamente estas reformas han motivado que la Comisión Europea haya iniciado una investigación sobre posibles vulneraciones al Estado de Derecho en Polonia.
A esto se suma la preocupación por la calidad de la democracia polaca expresada por un grupo de senadores estadounidenses en una carta dirigida a Szydlo semanas atrás.