MOSCÚ.- El Kremlin anunció hoy la cancelación de la cumbre ruso-turca que debían celebrar el 15 de diciembre los presidentes Vladímir Putin y Recep Tayyip Erdogan en San Petersburgo.
«No, no la habrá y no se planea», dijo a la prensa Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, después de que el domingo ambos países protagonizaran un nuevo incidente, ésta vez en las aguas del mar Egeo.
Ambos países tenían previsto celebrar mañana en la antigua capital imperial la reunión del Consejo de Cooperación entre Rusia y Turquía presidida por Putin y Erdogan.
Putin ya se negó a reunirse con Erdogan en la reciente Cumbre del Clima de París, pese a que el presidente turco había expresado su disposición a entrevistarse con el jefe del Kremlin para normalizar las relaciones bilaterales.
Según el Ministerio de Defensa ruso, la tripulación de la fragata rusa «Smetlivi» se vio obligada el domingo a efectuar varios disparos de advertencia con armas de fuego para evitar la colisión con un pesquero de bandera turca cerca de la isla griega de Lemnos.
Las relaciones entre Rusia y Turquía no han dejado de deteriorarse desde que un caza turco derribara a finales de noviembre un bombardero ruso en la frontera siria, presuntamente después de que éste hubiera violado el espacio aéreo turco, algo que Moscú niega rotundamente.
Ante la negativa de Ankara de presentar disculpas formales, el presidente ruso, Vladímir Putin, ordenó adoptar sanciones económicas contra Turquía, como la suspensión de vuelos chárter, la imposición de visados, la congelación de acuerdos comerciales y el embargo a verduras y frutas.
Seguidamente, Putin acusó a Turquía de derribar su avión para proteger las vías de suministro del petróleo que el grupo terrorista Estado Islámico (EI) extrae en los territorios bajo su control en Siria e Irak.
Erdogan, por su parte, ha negado que él y su familia se enriquezcan con el negocio ilegal de petróleo del EI y ha advertido de que a Ankara se le está acabando la paciencia con la agresiva actitud rusa.